El Mundial de 500cc se comprime

Sin novedad en el frente. No hubo cambios significativos en la batalla que desde hace seis meses mantienen Max Biaggi, Mick Doohan y Alex Crivillé por el título mundial de 500cc. Si acaso, la lucha queda más encarnizada que nunca después del resultado de ayer en Imola. Ganó el australiano, seguido del español y del italiano. A falta de cuatro carreras para que termine la temporada, sólo siete puntos separan el liderato de Biaggi de la tercera plaza que ahora ocupa el noi de Seva en el Mundial. La próxima cita es en Cataluña, el 20 de septiembre.Cuentan que este campeonato de la categoría reina es el más apasionante. Después de once grandes premios, todo está por decidir y el que ningún piloto haya conseguido dos victorias consecutivas confirma la igualdad entre los mejores del momento. Doohan es aún el favorito, y no sólo por su exhibición de ayer, también porque cuando termina las carreras sus rivales dificilmente le superan.

"Solo mi mala suerte mantiene esto tan apretado", opina el cocodrilo australiano, que sobre el abrasador asfalto de Imola (casi 40º) volvió a convertirse en un martillo para sus enemigos. Logró su quinto triunfo de la temporada -Crivillé y Biaggi suman dos cada uno- para recuperar la posibilidad de conquistar el quinto título consecutivo. "Todo es posible aún", afirmó el vencedor que dedicó el triunfo al doctor Claudio Costa, natural de Imola, artífice de su recuperacìón en 1998.

Lo mismo piensan los otros candidatos, que se basan en la regularidad: Doohan ha dejado de puntuar en tres carreras y ellos han sumado en todas. Entre los dos existe el debate sobre cuál representa una mayor amenaza para el campeón. "Mick falla porque yo le presiono", repite el italiano, al tiempo que la prensa internacional y muchos expertos acostumbran a reducir la situación a un duelo entre Doohan y Biaggi.

Crivillé, mientras, sigue a lo suyo. Sin declaraciones estridentes, sin exhibiciones gratuitas en los entrenamientos, sin llegar a brillar desde hace semanas como sí lo han hecho los otros dos. El catalán continúa siendo el hombre tranquilo que rinde sobre todo los domingos, cuando importa. Y ahora tiene más cerca que nunca el sueño de convertirse en el primer español campeón del mundo en 500cc. "Álex es quién más me preocupa", dice Doohan. Ayer el noi de Seva recordó al de hace dos temporadas, cuando rompió la hegemonía del australiano. Partía desde la segunda fila de parrilla y, aunque no arrancó muy bien, se mostró más agresivo que en los últimos grandes premios y se fue tras Doohan con decisión cuando éste alcanzó la cabeza en la vuelta cuatro. Superó a Biaggi en una frenada y durante varias vueltas aguantó el ritmo bestial del australiano.

Sin embargo, la última vuelta de tuerca del inspirado líder resultó excesiva y, cuando su desventaja llegó a tres segundos, Alex conservó la segunda posición, que Biaggi, tercero, nunca inquietó. El italiano no aprovechó el correr ante sus fieles mientras que el piloto español demostró que ha superado la pequeña crisis que tuvo hace varias carreras. "La próxima es en mi casa y voy a intentar aprovecharlo", recordó Crivillé.

"Me gusta el circuito de Catalunya y mi objetivo es ganar. Lo necesitó porque el campeonato está muy igualado", añadió. Biaggi encabeza la clasificación con tres puntos sobre Doohan y Alex está cuatro más atrás. En cada carrera el primero obtiene 25, el segundo 20 y el tercero, 16.