Unió abre formalmente el debate sobre el "número dos" de Pujol

El debate sobre quién deberá ser el número dos de Jordi Pujol en las próximas elecciones autonómicas adquirió ayer carácter formal por voluntad de la dirección de Unió Democràtica de Catalunya, (UDC), el partido democristiano aliado con Convergència. El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, anunció ayer a media tarde que la dirección de su partido iba a iniciarlo, que luego lo plantearía a sus aliados de Convergència y que no cabe esperar "un resultado definitivo" en pocos días porque es, obviamente, un asunto complejo.

La dirección de Unió abrió el curso poniendo sobre la mesa una de las discusiones que más suspicacias suscita entre sus aliados y más encona sus relaciones: la cuestión del número dos de Pujol. Aunque aparentemente reducida sólo al cartel electoral de las autonómicas, los convergentes creen que Unió piensa ya en la futura sucesión de Jordi Pujol al proponer a Duran para esta plaza; y se oponen radicalmente a abrirla. Pero Duran afirmó ayer que, así como hace un año se negó a entrar en el debate, esta vez no puede "rehuirlo". Añadió que para él no se trata de una cuestión personal ni de una discusión sobre el nombre de quién vaya a ser el número dos de Pujol en las elecciones. "He dicho ya que es una cuestión de contenidos políticos que queremos discutir con nuestros socios", dijo. Expresado de otra forma, Unió quiere que CiU acuda a las próximas elecciones recogiendo mejor las propuestas y el peso político que los democristianos creen tener en la coalición. A título de ejemplo, Duran afirmó que Unió quiere discutir acerca de los valores que debe promover la radiotelevisión autonómica. Pero debajo de estos planteamientos corre también la previsión por si en el próximo parlamento autonómico CiU ve reducida su presencia y se ve obligada a abrir una etapa de pactos que pueden exigir nuevos interlocutores. Entrar en el Gobierno Este debate llega, además, en un momento en que la elaboración de las candidaturas para las próximas elecciones municipales provoca numerosos choques entre las organizaciones locales de los dos partidos de CiU. Los convergentes estiman que el 25% de los candidatos atribuido a Unió en el pacto que regula el funcionamiento de la coalición es más que suficiente. Unió considera que la verdadera proporción es ahora del 40% y aspira, por lo tanto, a mejorar sus posiciones. La pretensión de que Duran ocupe la segunda plaza en la candidatura de Pujol fue expuesta a principios del mes de agosto por uno de sus más próximos colaboradores, el diputado Josep Sánchez Llibre. Éste sostiene además que, si CiU forma Gobierno de nuevo, Duran debería ser consejero sin cartera. En cambio, el comité de gobierno de Unió no quiso entrar en la otra cuestión sobre la que algunos miembros se han manifestado también de forma contundente y distinta a la de Convergència: la participación de la coalición nacionalista en el Gobierno de España. Duran dijo que esta discusión "hay que llevarla a cabo cuando corresponda" y, en su opinión, es obvio que ahora no es el momento. Otra cosa es la posición de principio. Sobre eso Duran opinó que no hay que cerrarse a la participación en el Gobierno español, siempre que se den "unos condicionantes que ahora no se dan".