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El interminable viaje de la derecha al centro

Aznar comenzó a abandonar la denominación de derecha en 1990 tras los fracasos electorales de Fraga

Desde que Manuel Fraga fundara Alianza Popular (AP), en octubre de 1976, con otros seis prohombres del franquismo -cinco de ellos ex ministros como él-, hasta esta enésima renovación hacia el centro que inspira José María Aznar en el seno del Partido Popular -26 meses después de decir que había formado "un Gobierno de centro, centrista"- el camino ha sido muy largo. Aznar pretende que esta vez sea la definitiva.A principios de los ochenta, tras los primeros batacazos electorales, Fraga comenzó a hablar de la "gran derecha", de la "mayoría natural" de la realidad política española, y se produjeron tímidos acercamientos a lo que entonces era el centro político: la Unión de Centro Democrático (UCD). Los intentos fracasan, la UCD se hunde y AP intenta ocupar parte de ese espacio. Las dos mayorías absolutas de los socialistas en 1982 y 1986 hacen que Fraga trate de renovar el partido para recoger los votos del centro. Pero la esencia del partido es otra y en el congreso de 1989, ya con Antonio Hernández Mancha como líder, el portavoz parlamentario, Juan Ramón Calero, reivindica la proclamación de AP como "fuerza política de la derecha", y critica las "definiciones vergonzantes" que hablan del centro-derecha.

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Después de los fracasos de Hernández Mancha en 1987 y del traspié de Marcelino Oreja en las elecciones europeas de junio de 1989, Fraga entiende que la única manera de que los electores crean de verdad que el partido ha abandonado el franquismo es traer a un hombre como Aznar, alguien sin una historia política definida.

Aznar tiene clara su misión desde el principio y ya en el congreso de su proclamación como presidente, en abril de 1990, expresa su obsesión de arrebatar el centro político al CDS de Adolfo Suárez y a la UCD, ahora presidida por Rafael Calvo Ortega. Suárez critica lo que considera una "invasión" de su espacio por parte de quienes siempre habían estado a su derecha.

La determinación del PP es tal que el lema del congreso es "Centrados con la libertad". Dos ideas fuerza para abandonar el franquismo y acercarse al centro. Aznar dice entonces que quiere "un partido independiente, moderado y centrado, para avanzar hacia el centro político". ¿Y la derecha? "El PP es un partido de centro que engloba a la derecha".

El viaje continúa en el congreso de 1993. Pero ahora con un órdago: Francisco Álvarez Cascos, secretario general, abre el congreso con una larga cita de un discurso de Manuel Fraga en 1972: "Si queremos evitar un posible bandazo a la izquierda, debemos marchar hacia el centro, por el camino de las reformas". El auditorio ovacionó la cita. Los populares pretendían así demostrar que el camino hacia el centro lo inició Fraga en los últimos años del franquismo.

Aznar se coloca entonces como continuador de ese proyecto, que no parece culminado si atendemos a sus palabras y a la vehemencia con la que las expresa: "Tenemos que seguir centrándonos, tenemos que centrarnos más", exclama en el discurso de clausura del congreso. En ese mismo cónclave, sin embargo, Aznar margina al que fuera portavoz de la UCD con Suárez, Miguel Herrero de Miñón, ponente constitucional y hombre de gran prestigio centrista.

Las elecciones se acercan, y Aznar confía en que el hundimiento del CDS y la sangría de los votos centristas del PSOE a causa de la corrupción le lleven a La Moncloa. Las encuestas hablan de tres millones de indecisos, que se sitúan en el centro político, aunque sin una ideología clara. Pero los electores siguen sin creer en el centrismo del PP, o al menos no del todo, y José María Aznar pierde las elecciones de junio de 1993.

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