El corzo El más pequeño de los cérvidos europeos se esconde entre el arbolado de Sierra Bermeja

Desde la densidad de arbolado y matorral de la Sierra Bermeja malagueña puede que el más pequeño de los cérvidos europeos intente comprender el por qué del incesante movimiento de coches, personas y barcos que se produce en la costa marbellí. El corzo abandona, a veces, su abrigo natural para buscar alimento y se adentra en claros , caminos y zonas de matorral, haciéndose visible para los observadores fortuitos. Para este pequeño rumiante el tiempo del celo toca prácticamente a su fin cuando los jóvenes de este año, nacidos entre mayo y junio, ya no precisan de la lactancia de su madre y se alimentan enteramente de todo lo que pastan.Aunque de hábitos más crepusculares, se le puede observar de día en algunos sitios del monte. Para ello, sólo habrá que seguir su característico sonido, muy parecido a un ladrido seco y fuerte.Refugio natural Bajo el abrigo del quejigo, del rebollo y de otros árboles que constituyen la cubierta vegetal donde habita, la vida es rica y variada, apareciendo presas y predadores. El corzo se alimenta de hierba y de matorrales, comiendo sus hojas y corteza dependiendo de la época del año y de la especie.Los grandes carnívoros son sus peores enemigos. Las crías tienen que andar estos días con más cuidado del habitual.