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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Vacaciones rotas

Hace calor. Los niños llevan varios días en casa, cuando a esas horas deberían estar en clase. Toda la familia está nerviosa. Se nota en el ambiente. De vez en cuando, algunos gritos denotan ese nerviosismo.Una mañana me despiertan más temprano de lo habitual, casi de noche. Veo el coche cargado hasta los topes. Nos vamos de vacaciones. No me han dicho dónde vamos, pero presiento que a la playa, como el año pasado. Después de una hora de camino, el coche se para. Irán a llenar el depósito de gasolina, presumo. Me hacen bajar. Aprovecharé para hacer mis necesidades fisiológicas. Me acerco a un árbol que está a 20 metros de la carretera. Haré pipí rápidamente, antes de que me digan que tengo que volver a montarme.

Vuelvo enseguida.

No veo el coche, ni ninguna gasolinera. Estarán detrás de la curva de la carretera.

No veo a nadie y ni siquiera se ve ningún edificio cercano. Esperaré un rato en el arcén. Volverán enseguida, estoy convencido.

Ha pasado una hora y no vienen. Continuaré andando solo por el borde de la carretera hasta que los encuentre. No estarán lejos. Volverán a por mí.

Continúo sin verlos. Qué calor hace. Los coches y camiones haciendo un ruido infernal pasan a toda velocidad. No para ninguno. De pronto escucho un golpe seco. Estoy en la cuneta de la carretera. No puedo moverme. Los coches los escucho muy a lo lejos. Estoy empapándome de un líquido. ¿Qué será?

Éstos no vienen. El líquido era sangre. Se ha hecho de noche. No oigo ningún ruido. No importa, sé que volverán pues siempre me han querido, sobre todo cuando era pequeño y les hacía tanta gracia.

Todo eran mimos.

No han vuelto, pero sé que no me han olvidado, estoy convencido. Seguro que no me han abandonado como a otros colegas míos. Siempre he confiado en ellos. Volverán, seguro, pero a lo mejor no me encuentran al estar en la cuneta, lejos de la carretera. Siempre me han dicho que los perros somos amigos de los hombres y sobre todo defensores de los niños. Si no vuelven es porque se habrán despistado, pero ellos me quieren, estoy seguro. Me muero, pero lo hago feliz, pues sé que me quieren. Seguro que no me han abandonado conscientemente.

Posdata. Dedicado a los miles de perros que son abandonados por estas fechas, y a sus dueños, para que lo piensen antes de responsabilizarse de un perro para después abandonarlo.-

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