Impotencia
Nos sentimos indignadas, avergonzadas, impotentes, tristes. Indignadas por la vida que tienen que soportar miles de niñas y mujeres en Tailandia (quien dice Tailandia puede añadir Indonesia, Filipinas y un largo etcétera) que para sobrevivir deban someterse a la prostitución. Avergonzadas por vivir en la opulencia occidental y formar parte de una sociedad en que unos hombres (más de uno, con la máscara bien puestecita de padre de familia de conducta irreprochable) puedan viajar a dichos países con el fin de aprovecharse de la miseria ajena.Impotentes por la reciente noticia: La venta de Viagra ha sido autorizada en Tailandia. Nos imaginamos hombres tailandeses con problemas médicos, pero también somos conscientes de que dicha nueva no va a mejorar el infierno que están viviendo todas estas mujeres, porque no nos equivocamos en imaginarnos que habrá más fletes de avión con hombres ansiosos de Viagra. Tristes por no saber qué hacer.-