Libremercado
Se acaba el mes de agosto y con él los pasatiempos veraniegos. Los diarios dejarán de publicar épicas fotografías del subsecretario de pesebres en calzoncillos o alarmantes noticias sobre un escozor en el ano del delantero Ptkrwicz. Volverán los sólitos datos triviales como, por ejemplo, los muertos de las carreteras.Este verano, y aún por añadir la cosecha del 31 de agosto, a Cataluña le tocan ya casi cien muertos. Por lo que conozco, era previsible: las carreteras secundarias del Ampurdán, por ejemplo, son estrechas y carecen de arcenes; por ellas he visto circular diariamente decenas de miles de coches, autocares, motos, camionetas, tractores, camiones con veinte toneladas de carga y ciclistas. He comprobado que un ciclista puede originar una cola de tres kilómetros entre Ullastret y Serra. A veces, un infeliz, incapaz de soportar la humillación, se lanza por la izquierda hecho un hombre, y mata al ciclista o se mata él o mata a una familia entera. Pero la Generalitat no es partidaria de ampliar las carreteras catalanas; dice que sólo se llenan en agosto. Sorprendente criterio según el cual habría que suprimir el cuerpo de bomberos forestales ya que los bosques sólo arden en verano, y las piscinas porque etcétera.
Ahora bien, las malas carreteras escupen coches, autocares y camiones hacia las autopistas. Y en las autopistas, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios, La Caixa obtiene setecientas pesetas de beneficio por cada mil que nos extrae entre Barcelona y Girona. He aquí un bello ejemplo de la imprescindible contribución de los políticos para que el mercado sea verdaderamente libre y transparente. ¡Ah, nuestra eterna derecha, tan demócrata, tan católica, tan liberal, tan nacionalista y tan caníbal! Feliz viaje de regreso.
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