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CAMPEONATOS EUROPEOS DE ATLETISMO

Arron sale como gran estrella de unos campeonatos mediocres

Formidable actuación británica, mientras los alemanes comienzan a recuperarse con una mezcla de jóvenes y veteranos

Santiago Segurola

Las viejas estrellas y las viejas potencias han dominado los Campeonatos, con la incursión de algunos jóvenes de talento, como el español Reyes Estévez, el británico Iwan Thomas (400 metros), el alemán Schumann (800 metros) y especialmente la francesa Christine Arron, que se confirmó en Budapest como alternativa de la estadounidense Marion Jones en 100 metros.Arron consiguió el único récord de Europa durante una semana de competición. Su marca en los 100 metros (10,73 segundos) es de gran calibre, pero si algo quedó en la memoria fue su impresionante despliegue en la prueba de relevos. Superó a la rusa Privalova con tanta facilidad, de manera tan relajada, que recordó a Florence Griffith en Seúl 88.

Alemania comienza a ponerse en la onda con una mezcla de veteranos y jóvenes estrellas. El caso más evidente es el de Schumann, que venció a Kipketer en la final de 800 metros. El joven alemán (20 años) está destinado a convertirse en una estrella. Tiene el físico, la pujanza y una zancada ecónomica que le permitirán adentrarse pronto en la frontera de 1.43 minutos en la distancia. Kipketer, que corrió valientemente, no pudo responder como antes al pasarle factura su larga ausencia a causa de una malaria. Apenas volvió a las pistas hace un mes. De la vieja factoría de la RDA se han mantenido la gran Heike Dreschler, vencedora en el salto de longitud, 14 años después de su victoria en los Campeonatos del Mundo de Helsinki. Otra atleta revitalizada ha sido Grit Breuer, que venía de atravesar el desierto del dopaje. Después de cuatro años de sanción, Breuer ha sido capaz de recuperarse. Sus lágrimas tras la victoria en los 400 metros tuvieron un alto contenido simbólico. Ayer mismo, para completar su recuperación después de una larga travesía por el desierto del dopaje, ganó el relevo 4x400 para su país con una última posta al estilo Arron. En una recta final espectacular cazó y superó a la rusa Kolotaryiova hasta imponerse con una enorme autoridad. En su recuperación sólo le quedan ya las palabras mayores de los Juegos Olímpicos.

La actuación de los británicos ha sido formidable. Han dominado las pruebas de velocidad (100, 200 y 400) y han aprovechado el tirón de sus viejas estrellas, caso de Colin Jackson (13.02 en 110 vallas), Steve Backley (89 metros en lanzamiento de jabalina), y Jonathan Edwards, que cerró los campeonatos con 1799 metros en triple salto. Con 19 medallas, el Reino Unido es establece en la trinidad del atletismo europeo, junto a Alemania y Rusia, a pesar de la grave situación económica que atraviesan los órganos rectores británicos.

Si la escala jerárquica ha quedado bien clara, los resultados han sido muy discretos. Un solo récord resulta casi ridículo en una competición de esta magnitud. El atletismo europeo ha entrado en crisis, con un papel cada vez menos relevante en el concierto mundial, si se exceptúan los lanzamientos. Pero incluso en este apartado el balance es insatisfactorio. Después de los años de la barra libre en los países del Este, el nivel de los lanzamientos ha descendido a los márgenes que se establecieron hace 20 o 25 años.

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