Bélgica advierte que estudiará caso a caso los asilos a etarras

El comisario real belga para los refugiados, Luc de Smet, ha frustrado las expectativas que mantenía el Gobierno de José María Aznar, tras la firma del Tratado de Amsterdam, para que Bélgica dejase de ser santuario de ETA. Pese a la "sorpresa y contrariedad" del Ejecutivo español, De Smet anunció ayer que el caso del etarra Juan Cruz Maiztegui, en libertad y con posibilidades de obtener el asilo político, no será seguramente el último. Su país, advirtió, no expulsará a nadie automáticamente. Estudiará todas las solicitudes "caso por caso".

Maiztegui, detenido el 29 de junio con documentación falsa en el aeropuerto de Bruselas, adonde llegó procedente de México, se encuentra en libertad desde el martes porque el comisario De Smet, ante el "estupor e indignación" del Gobierno español, ha admitido a trámite su demanda de asilo político. El etarra, además, tiene derecho a percibir del Estado belga, hasta que no se resuelva su caso, una ayuda mensual de 82.000 pesetas. Los trámites suelen prolongarse varios meses. Antes de que Maiztegui quedara en libertad, el embajador de España en Bélgica, Manuel Benavides, mantuvo varios contactos con el Ministerio de Exteriores belga y con el ministro del Interior, Louis Tobback, para conseguir "que se cumpliera la ley y que fueran expulsados quienes llegan con documentación falsa". Sus presiones dieron un resultado opuesto al deseado. De Smet ha declarado que no habría admitido a trámite la petición de asilo si el Ministerio del Interior belga, que atendió la llamada del embajador, no hubiese decretado su expulsión. Pero también fue rotundo contra las expectativas que Aznar depositó en el Tratado de Amsterdam, firmado en junio de 1997. "Ni siquiera cuando entre en vigor [Bélgica todavía no lo ha ratificado] me habría impedido estudiar el caso. Así será mientras no cambie la ley belga, y no me parece que vaya a cambiar".