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Enfado en el COI por las acusaciones de dopaje a España

Enfado y sorpresa han causado en el Comité Olímpico Internacional (COI) las declaraciones al periódico francés Le Figaro sobre el dopaje del vicepresidente primero y presidente de la comisión médica, el príncipe belga Alexandre de Merode. En ellas, no sólo mantenía una opinión contraria a la de Juan Antonio Samaranch, sino que acusaba al deporte español de connivencia con el dopaje.

El enfado de la cúpula del COI no es la primera vez que se produce con un personaje tan particular como De Merode, que esta misma noche llega a Lausana. Sin embargo ahora es especialmente inoportuno, pues mañana se reúne la comisión ejecutiva para preparar la estrategia de cara a la conferencia mundial sobre el dopaje convocada por Samaranch para enero. De Merode, que ayer ni siquiera había podido ser contactado por el propio organismo olímpico, al encontrarse en una residencia privada en Cerdeña, donde se refugia sin teléfono, se mostró en desacuerdo con la reducción de la lista de productos prohibidos y mantener sólo los que perjudiquen a la salud como defiende el presidente del COI desde hace más de 10 años. El miembro australiano, Phil Coles, criticó ayer los comentarios de forma muy elocuente. "Hay mucha gente que espera que se retire. Ha estado mucho tiempo en el COI y nunca sabes lo que va a decir". De Merode añadió, sin aportar pruebas los motivos de la opinión de Samaranch: "Yo sé de dónde sale todo: son los médicos españoles los que se lo apuntan. Médicos que han rechazado la ética de su profesión. No hay que olvidar que en el medio deportivo español existe desde hace mucho tiempo una tendencia al dopaje", declaró.

Tras el primer rechazo a estas acusaciones del presidente del Consejo Superior de Deportes, Santiago Fisas (que se reunirá el viernes en Budapest con Samaranch), José María Odriozola, el presidente de la Federación Española de Atletismo, dijo en la capital húngara: "Que De Merode se meta en sus asuntos y sea más prudente en sus declaraciones. Los dirigentes deportivos, y más cuando tiene altas responsabilidades como De Merode, deben ser muy cuidadosos en temas tan morbosos como el del dopaje. No entiendo sus declaraciones, que tal vez están dentro de la campaña desatada en el Tour de Francia entre franceses y españoles".

Juan Manuel Alonso, jefe de los serrvicios médicos del atletismo español, también declaró en Budapest: "Atacar sin pruebas a los médicos españoles es una salvajada. De Merode se ha comportado con una impridencia temeraria. Tal vez esté a punto de ser destituído de su cargo en la comisión médica del COI y se ha lanzado a acusar sin fundamento cuando, además, ni es médico. Es príncipe y vive de eso".

Perdón de la RDA

Dorit Roesler, una de las dos médicos y tres entrenadores acusados de administrar anabolizantes a jóvenes nadadoras en el segundo gran procesos sobre el dopaje en la antigua RDA, entre 1978 y 1989, pidió ayer perdón, llorando, a una da las damninficadas, Karen Koenig, ahora con 35 años, parte civil en el juicio. Koenig le preguntó si habría sido capaz de darle lo mismo a sus hijos. Roesler contestó: "Me lo he preguntado cien veces. En aquella época pienso que sí". Por otro lado, ayer declararon en el caso Zeman-Juventus, el jugador Deschamps, el médico y el preparador físico. Y la Federación Francesa de Fútbol suspendió por seis meses a Cyrille Pouget, defensa del Le Havre, por uso de anabolizantes. En atletismo le hubiera supuesto dos años, pero es otro ejemplo de la disparidad de criterios existente.

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