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Piqué, en la fiesta mayor de Unió

Enric Company

El flamante portavoz del Gobierno, Josep Piqué, fue el domingo por la noche la estrella de la cena veraniega que el diputado democristiano Jordi Casas organiza en Queixans (Cerdanya); y no sólo por su condición de ministro. La eventualidad de que Piqué encabece la candidatura del Partido Popular (PP) en Cataluña en las próximas elecciones legislativas es algo que interesa mucho a los conservadores. Pero, desde luego, también a sus aliados y a la vez rivales de Convergència i Unió (CiU). Así que, mientras cenaban con él embutidos de la Cerdanya y costillitas de cordero, los democristianos intentaban averiguar si el ministro de Industria, que tiene el encargo de hacer que los españoles se olviden de Miguel Ángel Rodríguez, será además su contendiente electoral. Piqué no soltó prenda. A los democristianos no les hace ninguna gracia pensar que Piqué podría ser la nueva cara del PP en Cataluña. "Éste es uno de los nuestros", explicaba uno de los dirigentes de Unió, "que conoce y contacta con nuestra gente tan bien como podemos hacerlo nosotros". O sea, piensan que, si Aznar le convence para que se eche a la arena electoral como le ha convencido para que sea la cara centrista del Gobierno, la siempre complicada posición de los nacionalistas catalanes en las elecciones legislativas, defendiendo su espacio entre los socialistas y los conservadores, se complicaría más aún. Pero no sólo de hipótesis -de momento inverificables- hablaban los invitados. En una mesa donde coincidieron diputados socialistas, de Esquerra Republicana (ERC) y de CiU, así como algunos periodistas, lo que fue objeto de duro debate fue el traslado en helicóptero al hospital de Vall d"Hebron desde la Cerdanya del consejero de Economia, Artur Mas. Los convergentes lo pasaron mal intentando defender que una fisura en el brazo de un consejero justifique mover un helicóptero, algo que Sanidad escatima para casos de dolencias mucho más graves, cuando los pacientes son simples ciudadanos de a pie. Entre los invitados estaba el alcalde de La Seu d"Urgell, Joan Ganyet, diputado por el PSC, el republicano Jordi Ausàs, de la misma ciudad, afeando al Gobierno tanto el hecho de saltarse las normas que aplica al común de los mortales como la desconfianza en los hospitales de Puigcerdà y La Seu d"Urgell. Aunque ésa no fue la intención inicial de los promotores, la cena de verano de Queixans se ha convertido en un acto social de los democristianos catalanes. Su líder, Josep Antoni Duran Lleida, recibía a los invitados en la puerta de la casa, propiedad del suegro de Casas. Allí estaban Joan Rigol, vicepresidente primero del Senado, el portavoz adjunto de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Sánchez Llibre, principales figuras del partido. Los 160 invitados eran políticos, industriales y periodistas que veranean en la Cerdanya o en las comarcas lindantes. Piqué pasa sus vacaciones en Urtx. Entre los invitados estaban el ex senador Josep Benet, el alcalde de Girona, Joaquim Nadal, el consejero de Gobernación, Xavier Pomés, el vicepresidente del Parlament Simon Pujol, el eurodiputado convergente Carles Gasòliba. No acudieron ni el presidente de Iniciativa per Catalunya, Rafael Ribó, ni el secretario de organización de Convergència, Felip Puig, que veranean muy cerca de allí.

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