Pujol apunta la hipótesis de que el conflicto vasco podría obligar a introducir cambios constitucionales

El presidente de la Generalitat y líder de la coalición nacionalista catalana Convergència i Unió (CiU), Jordi Pujol, sostiene que "algún día el tema vasco podría obligar a introducir cambios constitucionales o nuevas interpretaciones". Pujol afirma en una entrevista publicada ayer por el diario La Vanguardia que la Declaración de Barcelona suscrita por CiU, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) está dentro del marco constitucional español. Esa declaración es, dice, "una reivindicación del carácter plurinacional de España que no tendría que alarmar a nadie, ya que no presupone ni secesionismo, ni violencia ni renuncia a desempeñar un papel positivo, como hemos tenido en la transformación de España. Presupone reconocer que dentro del Estado español, Cataluña es una nación bien diferenciada de las demás. Eso tiene consecuencias, naturalmente. Comporta cambios, y cambios importantes".

El presidente estima que estos cambios no exigen necesariamente la reforma de la Constitución "si hubiera verdadera voluntad política" por parte de todas las fuerzas para continuar avanzando "en lo que Jiménez de Asúa llamaba problema regional y yo llamo problema nacional, que sigue sin resolverse de una manera que se pueda considerar definitiva".

Pujol subraya también que desde 1977 hasta ahora ha visto hacer interpretaciones de la Constitución "mucho más discutibles de las que nuestro planteamiento reclama. Por cierto, alguna de ellas significó diluir aún más el carácter particular de Cataluña". De todas maneras, añade, "no pierda de vista que algún día el tema vasco podría obligar a introducir cambios constitucionales o nuevas interpretaciones. No es descartable. Lo digo para que vea que no somos el único problema".

Sin embargo, Pujol agrega que a corto plazo su coalición pretende concentrar su atención en "la necesidad de superar un hecho escandaloso y discriminatorio al máximo como es la financiación de Cataluña".

Para quienes le acusan de haber endeudado en exceso a la Generalitat, Pujol recuerda que la deuda de la Administración central asciende a 52 billones.