Marqués recibe un "homenaje" en Oviedo por el nombre de un toro

Sergio Marqués, presidente del Gobierno asturiano, declarado en rebeldía por la dirección del PP, tuvo que saludar desde el tendido de la plaza de toros de Gijón, cuando anteayer asistía a la tercera corrida de la Feria de Begoña. Marqués, un impenitente taurino, experimentó, no sin cierto regocijo, una de esas reacciones populares de efectismo casi cinematográfico. Quiso la casualidad que a un toro de Valdefresno le hubieran puesto de nombre Marqués. Y cuando el Marqués morlaco fue anunciado en la pizarra, buena parte del público, dirigiéndose al Marqués presidente, rompió en una ovación. Éste también se levantó para agradecer el homenaje. En el centro del ruedo, el mozo hacía girar la pizarra con el nombre de Marqués; el público dedicaba una salva de aplausos a Marqués en el graderío, mientras el matador Eduardo Dávila salía al tercio, montera en mano, para saludar. El joven espada, que acababa de cortarle una oreja al quinto de la tarde, y que tal vez no estaba al corriente de cómo está el horno político en Asturias, se creyó que la cerrada ovación aún iba dirigida a él. Un crítico taurino local escribió ayer que Marqués, el sexto de la tarde, no tenía buenas intenciones, "y que nadie se dé por aludido".