La OTAN pide tropas y aviones para una intervención en Kosovo
El plan de intervención en Kosovo de la Alianza Atlántica ya está terminado. Contempla un despliegue máximo de 60.000 soldados en el caso de una ocupación del terreno. El proceso que se abre ahora es de consultas. La OTAN desea saber cuál sería la aportación en tropas y material de cada uno de los socios. En Kosovo, mientras, prosiguen los combates en el oeste y las ONG denuncian la grave situación de decenas de miles de refugiados.
La Alianza Atlántica dejó ayer listos para la aprobación política sus planes de intervención militar en Kosovo. La opción extrema, que es la ocupación por la fuerza del terreno, requeriría 60.000 soldados. Una fuerza de paz, que es lo que aceptarían los serbios, necesita 36.000. "Son cifras muy estimativas, de máximos, que pretenden extrapolar a Kosovo lo que se hizo en Bosnia", señalan fuentes atlánticas.El Consejo Atlántico autorizó ayer al mando militar para que inicie sondeos "informales" entre los socios para saber qué fuerzas estaría dispuesto a ceder cada uno en caso de intervención."Los planes militares ya están prácticamente cerrados. Ahora hay que ponerlos en las estanterías a la espera de que se tome la decisión política de utilizarlos", señalaron ayer fuentes de la Alianza. Estas mismas fuentes descartaban cualquier tipo de intervención a gran escala antes del 1 de septiembre, cuando deben reunirse en cumbre bilateral los presidentes de Estados Unidos, Bill Clinton, y de Rusia, Borís Yeltsin.
El Kremlin mantiene su oposición frontal a que la OTAN intervenga en Kosovo por considerar que aquella crisis es un asunto interno yugoslavo. No es una tesis sin adeptos. En el seno de la propia OTAN son varios los socios que se resisten a una intervención unilateral y demandan un mandato previo del Consejo de Seguridad de la ONU. Y no parece que Estados Unidos esté dispuesto a ensombrecer la cumbre con Rusia con un contencioso de ese calado.
A pesar de las escasas espectativas de intervención a corto o medio plazo, la Alianza sigue lanzando señales de firmeza y cohesión interna para no aflojar la presión sobre el líder yugoslavo Slobodan Milosevic y forzar un acuerdo de paz.
Lo que sucede es que Milosevic es un experto en intuir las debilidades ajenas y aprovecharlas. Sus tropas, lejos de concluir la campaña militar como él prometió, siguen combatiendo en distintas zonas del oeste de Kosovo, las más próximas a la frontera albanesa. La situación de las decenas de miles de refugiados es grave, según denuncian las agencias humanitarias y ONG sobre el terreno.
Los planes aprobados tienen múltiples variantes, aunque con tres grandes opciones:
Primer plan. Intervenciones aéreas en terreno serbio como represalia a una escalada de la violencia en Kosovo. Bombardeos sobre defensas aéreas e instalaciones militares.
Segundo plan. Intervención aérea a gran escala, con objetivos económicos, y despliegue de tropas en la zona.
Tercer plan. Despligue de una fuerza de paz semejante a la que tomó Bosnia-Herzegovina tras los acuerdos de paz de Dayton para garantizar su cumplimiento por las partes.
"La Alianza apoya los esfuerzos de la comunidad internacional para favorecer una solución negociada del conflicto y con ese fin ha revisado los planes militares para una intervención con gran número de opciones para acabar con la violencia y crear las condiciones para la negociación", afirma en un comunicado oficial el secretario general de la OTAN, Javier Solana. "Eso incluye tanto el despliegue terrestre como el aéreo, y en particular intervenciones aéreas aisladas", sostiene Solana.
En el caso de que la vía diplomática permita alcanzar un acuerdo de paz similar al que se firmó en Dayton, la OTAN estima que el despliegue de una fuerza de interposición admitida por ambos bandos requeriría un máximo de 36.000 soldados, siempre según estimaciones muy provisionales y teóricas.
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