"Proponer a Barrionuevo fue un riesgo dictado por el afecto"
Cristina Narbona Diputada del PSOE
Pregunta. Greenpeace elogia su gestión. Debe ser un orgullo. Respuesta. Más que un orgullo, es una satisfacción. Inicialmente el movimiento ecologista no me recibió con los brazos abiertos y paulatinamente se estableció un diálogo bastante honesto por ambas partes. P. No recuerdan así la gestión de Borrell. Casi lo igualan con la ministra Isabel Tocino. R. Me parece que no los igualan realmente. Si me reconocen algún mérito, son conscientes que lo poco que pude hacer lo hice gracias al apoyo del ministro. La valoración de los ecologistas de la ministra de Medio Ambiente es francamente mala y no tiene ningún secretario de Estado al que alaben, esa es la gran diferencia. P. ¿Qué opina de los últimos pasos del Gobierno en materia hidráulica? R. Estamos ante un cambio radical de cómo hacer la política del agua, que hasta ahora se ha hecho con la inversión pública y ahora se quiere hacer con la privada. La conjunción entre estas sociedades y la reforma de la Ley de Aguas nos preocupa porque existe una voluntad del Gobierno de avanzar hacia un modelo donde los derechos sobre el agua se convierten en una mercancía y se crea un control monopolista del agua. P. Ha sido bochornosa la pelea entre los Gobiernos central y autonómico por Doñana. ¿No debería avanzarse hacia una nueva cultura de responsabilidades? R. Estamos yendo en una dirección muy equivocada. El hecho de que los gobiernos autónomos tengan competencias propias no debería significar que España está compuesta por 17 ámbitos autónomos de decisión ambiental. Hay que profundizar en una política nacional de medio ambiente, cosa que se disuelve por momentos. P. ¿Debería haber dimisiones por Doñana? R. Si me hubiera cogido en el ministerio, hubiera dimitido. Las confederaciones no estaban bien dotadas para alertar y prevenir. Ahora es peor porque se están disminuyendo efectivos y bajando inversiones. No me atrevo a dar lecciones a nadie sobre el momento de dimitir, pero no me parece correcto este afán de todo el mundo de quitarse de enmedio ante un problema. En Doñana ha habido responsabilidades políticas del Gobierno central y del autonómico. P. ¿Comparte las posturas más radicales de dirigentes socialistas a raíz de la condena a Barrionuevo? R. No comparto esas actitudes. Hay que reclamar mucha serenidad, aunque haya razones para indignarse. P. ¿Fue desatinado proponer a Barrionuevo para la alcaldía de Almería? R. Más que desatinado fue un riesgo que asumió con suficiente conocimiento de causa la ejecutiva provincial y que lleva a la necesidad de que en Almería haya primarias. A Pepe Barrionuevo se le tiene mucho cariño en Almería. Fue una decisión adoptada desde la responsabilidad, en el sentido de asumir un riesgo político, pero dictada por un afecto enorme hacia Pepe Barrionuevo, más que por consideraciones políticas. P. ¿Se ha salvado la brecha entre partidarios de Almunia y de Borrell en Andalucía? R. Es verdad que en Andalucía hubo diferencias notables de posicionamiento y también que el presidente de la Junta ha hecho una enorme profusión de voluntad de acercamiento con el candidato. Tiene que haber buena voluntad por las dos orillas de ese conflicto, que ha existido. Sería estúpido no reconocer que ha habido posturas muy beligerantes. Ahora, el objetivo común de los socialistas debería ser que Pepe Borrell llegue a Moncloa. No entendería que nadie trabaje en dirección contraria, me parece absurdo. P. ¿A qué achaca el hecho diferencial de Almería en las primarias? Fue la única provincia andaluza donde Borrell ganó. R. Es diferente al resto de Andalucía. Almería participa de algunas características que la alejan del resto de la Andalucía convencional.
"En Doñana ha ha habido responsabilidades del Gobierno central y del autonómico"
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