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Salud Pública aconseja extremar la precaución alimentaria ante el calor

El calor no afloja y los problemas derivados de esta circunstancia afectan también a la alimentación. Así, el Instituto de Salud Pública de Barcelona ha hecho una serie de recomendaciones a comerciantes y consumidores para que traten de paliar el riesgo de intoxicaciones. Las medidas de precaución afectan especialmente a aquellos alimentos que son la causa más frecuente de enfermedades y alteraciones propias de esta época del año.

El primer grupo de precauciones afecta a los helados: todos sus envases tienen que llevar las etiquetas íntegras y no estar deformados ni deteriorados. Los de elaboración artesana se deben consumir lo antes posible. Hay que comprobar que sus recipientes estén limpios y que los instrumentos utilizados para servirlos se guarden en un cubo específico. Los helados preparados en casa se deben poner de inmediato en el congelador hasta el momento de consumirlos. Las horchatas, granizados y otros refrescos de elaboración artesana se han de consumir, con preferencia, en el mismo establecimiento que los elabora. Los recipientes tienen que estar refrigerados y limpios. Aquellos refrescos que se hayan comprado para tomar en casa se deben poner en el frigorífico y consumirlos lo antes posible una vez abiertos. Los huevos son una fuente tradicional de problemas: las tortillas babosas tienen peligro y en circunstancias dudosas es mejor que el huevo no quede crudo. Es una medida de precaución consumir mayonesas de origen industrial antes que artesanas. Pero si se preparan en casa debe tenerse en cuenta lo siguiente: los huevos no han de tener grietas, hay que añadir limón o vinagre, no se deben guardar las sobras y cuando la mayonesa forme parte de un plato determinado ha de añadirse en el último momento. Los restaurantes no pueden servir mayonesas que no sean de origen industrial o elaboradas con ovoproductos pasteurizados. Los alimentos frescos no están tampoco libres de riesgos: los moluscos han de disponer de la marca que acredite su garantía sanitaria, los lácticos deben estar expuestos en mostradores frigoríficos y tienen que llevar las etiquetas correspondientes, las lechugas y verduras que se consuman crudas se han dejar 10 minutos en remojo con lejía sin detergente (un par de gotas por litro de agua), hay que pelar las frutas, tanto si se pelan como si no, y el pescado debe limpiarse al llegar a casa y guardarse de inmediato en el frigorífico. Los congelados conviene transportarlos en bolsas que mantengan la temperatura y no se debe volver a congelar nunca un producto que haya sido congelado. Los consejos municipales acaban con una serie de precauciones genéricas: en el frigorífico, los alimentos han de taparse y se ha de evitar su contacto; la higiene de las manos es importante: deben lavarse cuando se comienza a trabajar en la cocina y después de que por cualquier causa se haya interrumpido el trabajo allí; y las tapas en los bares han de mantenerse protegidas.

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