Una decisión tomada en caliente

En el fragor de la persecución que se produjo en la madrugada de ayer por la ciudad de Valencia y sus alrededores y tras 20 minutos de tensión, el agente que conducía el coche Z de la policía que seguía de cerca al fugitivo tomó una decisión que habría de costarle la vida y que a la postre también resultó fatal para los tres jóvenes que murieron en el choque frontal y que nada tenían que ver en todo el asunto.El policía optó por seguir al fugado incluso cuando éste tomó una autovía en sentido contrario al de la circulación. Si encontrarse con un coche de frente ya es altamente peligroso, toparse con dos seguidos aumenta dramáticamente las posibilidades de que se produzca un accidente.

El joven que viajaba al volante del Renault Megane consiguió eludir la colisión con el Nissan Primera que conducía el fugitivo. Pero no tuvo tiempo para recuperarse del susto: inmediatamente detrás venía el coche de la policía. Y ahí ya no pudo hacer nada. El resultado fue brutal.

El jefe superior de Policía de Valencia, Segundo Martínez, reconoció ayer de forma implícita que el agente que conducía el vehículo policial que perseguía a José Salvador N. C. no tomó la opción correcta, sobre todo cuando en ese momento el despliegue de las unidades policiales estaba en su apogeo: hasta una treintena de coches patrulla llegaron a reunir la Policía Nacional y la Policía Local de Valencia, coordinadas desde la sala de operaciones de la Jefatura Superior. "Es una persecución en caliente y yo tengo que avalar la decisión que el inspector toma en ese momento", dijo el jefe superior.