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TV EN CHANCLAS

Tedio en directo

Lo más emocionante que ocurrió en Andalucía el viernes fue el levantazo. Se llevó sombrillas, sacudió los toldos, arrastro las fiambreras de los bañistas, elevó por los aires y golpeó con furia los flotadores, descuajaringó los frágiles campamentos de la playa de la Victoria, de Cádiz, y emborrizó con arena los montículos de tortillas. La gente sostenía los parasoles con una mano y con la otra hurgaba en el interior de las cacerolas. Un tipo, a quien el vendaval descompuso traicioneramente los escasos mechones de cabello, dijo: "La tortilla sin arena es como un jardín sin flores". Fue quizá la frase más afortunada de las miles que escuchó el televidente, pues además del levantazo no aconteció nada fuera de lo común que inspirara intervenciones más ingeniosas. Andalucía directo, el programa de media tarde de Canal Sur, es un auténtico testimonio de la abulia estival. Si no hay nada, la nada misma aparece reflejada en la pantalla. Si hay, como hubo, un emocionante levantazo pues aquí está, en todo su esplendor. Los responsables del programa dejan su imaginación a merced del levantazo, cuando lo hay, o de la bonanza. Las largas tardes de verano ayudan a descubrir el tedio y Andalucía directo facilita mortalmente este necesario aprendizaje. Los denodados esfuerzos de los presentadores distribuidos por los lugares donde puede acontecer el chispazo de la novedad no logra vencer la uniforme monotonía de los atardeceres caniculares. El televidente tomó nota de la energía que desplegó el arrojado reportero Luismi (Luis Miguel Torrecilla) para combatir este tipo de tedio metafísico que tanto ha hecho reflexionar a los filósofos: el buen hombre inició su actuación arrojándose de mala manera por un tobogán y aterrizando con escaso estilo en una piscina; no vaciló en saludar al pato Donato aunque le costara perder el audífono; se dio ánimos repitiendo frases del tipo "vamos a tener un programa mojadito de agua" y puso a cantar a una muchedumbre en bañador una tonada ininteligible. Luismi, el Capitán Trueno de Canal Sur contra la profunda monotonía de los crepúsculos de agosto, se dejó incluso besar por una leona marina con la filantrópica intención de interrumpir los bostezos del alma del televidente. Desde Huelva enviaron unas imágenes de una osa que caminaba por la playa, hasta que los vigilantes la echaron con malos modos del rompeolas por contravenir las normas higiénicas, pero tampoco lograron conmover al espectador. Una reportera, enviada a Sierra Nevada a comentar las incidencias del campeonato del mundo de bicicleta de montaña, llegó incluso a colocarse en una curva con badenes de tierra diseñados por un tipo traído expresamente de Australia y a exponer su cuerpo a un trompazo formidable. Andalucía directo es una lucha desigual contra la inanidad, contra el demorado transcurso del tiempo vacío, una lucha que los responsables de Canal Sur se obstinan en repetir a diario con una cadencia suicida.

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