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La Policía y la Guardia Civil desmantelan una red de bosnios que robaba en viviendas del Maresme

La Guardia Civil y la Policía Nacional han detenido a 11 personas de nacionalidad bosnia y a una alemana como presuntas integrantes de una banda organizada dedicada a robar en viviendas unifamiliares, principalmente ubicadas en el Maresme. La policía les imputa una treintena de robos, que la banda perpetraba por la noche, cuando los moradores de las casas dormían, lo que provocó inquietud entre los habitantes de diversas urbanizaciones y vecindarios de localidades de la comarca. La policía ha recuperado bienes robados por valor de 26 millones de pesetas.

Los ciudadanos bosnios detenidos en la operación policial estaban tramitando la solicitud de asilados políticos ante las autoridades españolas, aunque dos de ellos no disponen de la documentación reglamentaria y la policía les ha aplicado la Ley de Extranjería, que significará con toda probabilidad su expulsión del país cuando concluya el proceso judicial por los robos que se les atribuyen. Los responsables de la operación policial también creen que el resto de detenidos serán expulsados cuando expiren los plazos para renovar la tramitación de la condición de asilados políticos. De los 12 detenidos, dos son menores y se encuentran internados en un centro especial de la Generalitat. Otros cuatro están en prisión, mientras que el juez ha dejado en libertad a dos de los implicados en la serie de robos. Dos mujeres fueron ayer puestas a disposición judicial y los dos detenidos restantes están recluidos a la espera de que se les aplique la Ley de Extranjería. Las 12 detenciones se suman a las ya realizadas por miembros de la Guardia Civil el pasado día 2 de julio, cuando tres ciudadanos bosnios fueron puestos a disposición del juez con los mismos cargos que los que ahora se realizan contra los nuevos detenidos. De hecho, uno de los detenidos en julio volvió a ser arrestado por la policía en la nueva operación del pasado día 5 de agosto. La operación Bosnios, como fue bautizada por los responsables policiales, comenzó a principios de junio, cuando empezaron a producirse diferentes denuncias de robos en diversas viviendas unifamiliares de la comarca del Maresme y otras próximas con un mismo modus operandi. Los cacos aprovechaban el primer sueño, el más profundo, de los moradores de las casas para entrar a través de alguna ventana, aparentemente sin violencia. Cogían joyas, vídeos, teléfonos móviles y cualquier otro objeto de valor. En alguna ocasión, según explicaron ayer los responsables policiales de la operación Bosnios, los ladrones fueron sorprendidos por los propietarios de las viviendas en plena operación, pero los ladrones no utilizaron nunca la violencia y se limitaron a huir con los enseres de los que ya se habían apoderado hasta ese momento. Según los datos policiales facilitados ayer, entre junio y julio se han denunciado unos 30 robos por el mismo sistema en poblaciones del Maresme y en Granollers (Vallès Oriental), Badalona (Barcelonès) y Lloret de Mar (La Selva). La Guardia Civil y la Policía Nacional han recuperado diversas joyas y objetos valorados en una cantidad superior a los 26 millones de pesetas. Buena parte del material recuperado se encontraba en los mismos domicilios de los integrantes de la banda, situados todos en la población costera de Calella. En los registros, los agentes policiales recuperaron joyas escondidas en lugares insospechados, como por ejemplo en los pañales de dos bebés, hijos de dos de las mujeres detenidas por su participación en las acciones ilegales de la banda. Los pequeños se encuentran internados en un centro público de acogida. En la operación de desmantelamiento de esta red de robos, la policía se incautó también de dos vehículos con matrícula alemana cuya identidad se está comprobando a través de la red policial Interpol. Sin embargo, las joyas de mayor valor, unas 50 piezas, han sido localizadas en casas de compra-venta de este tipo de material de la ciudad de Barcelona. La policía devolverá los objetos a los propietarios, pero fuentes de la misma han expresado su temor a que algunos de los robos no hayan sido denunciados oportunamente por las víctimas.

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