_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Fin

Manuel Rivas

En México DC hay un hipermercado de brujería. No hay problema que no tenga su pócima. Desde huevos negros de harina blanca para una tortilla contra el mal de ojo hasta excremento seco de cóndor para volar con Iberia. Pero uno de los productos más solicitados son los polvos de humillar. Hay que aplicarlos en las manos y abrazar con sonoras palmadas al enemigo. Recorrí como gallego sobrecogido aquella feria de hechizos y sólo compré unos jabones eróticos muy útiles para lavar los pies. Pero un amigo escritor, con más mundo, se llevó una provisión de polvos de humillar. Me dice ahora que funcionaron. Ha neutralizado a varios críticos literarios y espera con ansia poder abrazar al suministrador artístico de Álvarez del Manzano.Los socialistas españoles sucumbieron a los abrazos con polvos de humillar. Ese tipo de palmadas que halagan mientras te desencuadernan las costillas. Celebrados abrazos de osos hibernados del franquismo y de especuladores carteristas. Hacen mal en invocar con resentida nostalgia aquellas palmadas. Lo que al final queda marcado son las huellas de una propia culpa. Y deberían entender que lo que se espera de Borrell es que lea sin titubeos el Fin y principio de Szymborska: "Después de cada guerra alguien tiene que hacer la limpieza".

El momento más álgido y también fatídico de González fue cuando enunció la tesis del color indiferente de los gatos, aprovechando un conservador refrán chino. Ahora se defiende como gato panza arriba. Pero hemos descubierto que los gatos chinos, cuando sonríen, tienen un inquietante parecido con Aznar. Empezando por aquel gato que recitaba en la caricatura de Castelao: "Volverán las oscuras golondrinas de tu balcón sus nidos a colgar, pero aquella que me zampé el año pasado, ésa, no volverá".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_