La patronal eléctrica vende su sede por 2.000 millones ante su disolución

Unidad Eléctrica, SA (UNESA), la sociedad anónima que agrupa a las principales compañías eléctricas del país y que ha ejercido en los últimos 54 años como patronal, gabinete de estudios, árbitro de conflictos e importante núcleo de poder, se transformará antes de fin de año en asociación patronal. La decisión, impulsada desde Industria, ya está tomada. Antes UNESA venderá su sede madrileña, ocho plantas en una de las mejores zonas de negocios de Madrid, valorada en unos 2.000 millones.

La sede de UNESA, en la calle Francisco Gervás de Madrid, cerca del paseo de la Castellana, fue edificada en los años setenta sobre una finca que las eléctricas adquirieron por 25 millones de pesetas y que hoy comparten con la Organización Mundial de Turismo y con el Consorcio de Compensación de Seguros.La venta de las ocho plantas, ubicadas en un edificio de 14 pisos, no será la única consecuencia de la transformación que planea la actual UNESA. Su personal, 150 personas, se quedará finalmente en 90 empleados, y su presupuesto se reducirá de 2.000 millones de pesetas anuales a 1.000 millones de pesetas.

Según el vicepresidente de UNESA, Pedro Rivero, "lo sustancial de la transformación de UNESA estará listo antes del 31 de diciembre". La actual sociedad anónima que preside José María Amusátegui (presidente de Unión Fenosa y del Banco Central Hispano -BCH-) y que durante 54 años ha acumulado una fundada leyenda de influencia y de poder, pasará a ser una asociación patronal al estilo de SEOPAN (asociación de la construcción) o ANFAC (la patronal de los fabricantes de automóviles y de camiones).

Desaparecerá así, como desean el Ministerio de Industria y la Comisión Nacional del Sistema Eléctrico (CNSE), una extraña situación en la que empresas teóricamente rivales en el mercado, en plena competencia, mantienen, financian y comparten desde hace medio siglo una sociedad anónima que ha representado la potencia económica de un sector acostumbrado al monopolio.

La transformación de la patronal UNESA se hará, no obstante, con mucha delicadeza. El mismo secretario de Estado de la Energía, Nemesio Fernández Cuesta, ha advertido que esa transformación no debe llegar al desmantelamiento absoluto, porque algunas tareas que lleva a cabo UNESA (estudios, estadísticas del sector, relaciones con organismos internacionales) no deben desaparecer.

De esta forma, según explica Rivero, de los 12 comités que constituyen la patronal se respetarán cinco: el comité jurídico, el económico-financiero, el nuclear, el internacional y el técnico-medioambiental.

En cualquier caso, el vicepresidente de UNESA tiene claro que, en esa asociación o sociedad anónima, la patronal del sector aspirará a "seguir teniendo mucha influencia".

En los próximos meses toda esa influencia se dedicará a negociar con Industria y con la CNSE la situación de las compañías en un sistema liberalizado y en el que se ha disparado el consumo.

El punto central será la rebaja de tarifas para el año 1999, que Industria quiere llevar hasta el 3% y que las empresas, pese al mayor consumo, quieren limitar para sostener sus cuentas de resultados.