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Reportaje:

Inocente, 45 años después

La justicia británica resarce la memoria de un hombre que fue ahorcado injustamente en 1953

"Aquí yace una víctima de la justicia". El epitafio de Derek Bentley es antiguo, pero jamás fue tan cabal ni oficial como desde ayer, cuando un tribunal de apelaciones británico anuló la sentencia que lo mandó injustamente a la horca hace 45 años.La tumba de Bentley en el cementerio de Croydon, al sur de Londres, era anoche punto de convergencia de familiares, amigos, activistas del movimiento por la abolición de la pena de muerte y numerosos críticos del obsoleto y evidentemente muy falible sistema judicial del Reino Unido. Bentley está enterrado al lado de su hermana Iris, que murió de cáncer el año pasado tras casi medio siglo de pelear contra el rígido mundo judicial en su afán por restaurar el nombre de Derek. Una nota anónima junto a un ramo de lilas resumía el sentimiento de muchos. Decía: "Los jueces enviaron al cadalso a toda la familia".

La triste pero nada increíble historia de Derek Bentley entró en los anales más oprobiosos de la justicia británica desde el momento mismo en que fue detenido poco después de un robo en un depósito de Croydon la noche del 2 de noviembre de 1952. Su cómplice Christopher Craig, entonces de 16 años de edad, extrajo un revólver y abrió fuego contra un grupo de policías que se lanzó en pos de los ladronzuelos. Una bala fulminó al agente Sidney Miles.

Como Craig era demasiado joven para ser condenado a muerte, los jueces se ensañaron con Derek Bentley, en gran parte porque supuestamente se le escuchó gritar durante el tiroteo: "Let him have it, Chris", ("Duro con él, Chris"). Eso fue interpretado como incitación al asesinato, pero el jovenzuelo siempre negó haber pronunciado esas palabras. Los jueces jamás le hicieron caso y el jurado actuó sin saber que Bentley era retrasado mental. Un muchacho de 19 años con la mentalidad de un niño de 11, según los especialistas que trataron en vano de salvarle la vida. Su desarreglo psicológico tenía su origen en una de las aterradoras noches que pasó en los refugios de Londres durante la Segunda Guerra Mundial. En una ocasión quedó sepultado durante dos días cuando una bomba destruyó la salida del refugio.

Ninguna de esas consideraciones llegó oportunamente a conocimiento del jurado ni conmovió a los jueces cuando todavía había tiempo de que Derek fuera salvado del cadalso. Aunque sin haber participado directamente en el asesinato, fue acusado, procesado y sentenciado en un juicio apresurado que duró solo tres meses. Finalmente fue ahorcado en la prisión de Wandworth el 28 de enero de 1953. Craig salió en libertad 10 años más tarde.

"La sentencia fue una negación del derecho de cualquier ciudadano nacido en el Reino Unido a ser juzgado como corresponde", declaró ayer el juez Thomas Bingham, cerrando finalmente un caso que otorga una amarga victoria a la familia de Bentley. Maria Bentley Dingwall, sobrina de Derek, salió a las escalinatas del tribunal conmovida y esgrimiendo el documento con el tardío dictamen. "Estamos felices, pero no vamos a celebrarlo", dijo. Uno de los abogados de la familia se limitó a declarar: "Hoy se ha devuelto la inocencia a Derek". Unánimemente se condenó "la groseramente injusta sentencia" con la que el hoy difunto juez Goddard ordenó la ejecución de Bentley.

Craig, que hoy tiene 61 años y está jubilado, permanecía ayer recluido en la cabaña que comparte con su mujer en la aldea rural de Clophill, en Bedfordshire. Su abogado distribuyó una declaración en la que Craig dice estar "agradecido y aliviado", pero al mismo tiempo "entristecido de que hayan tenido que pasar 45 años para que las autoridades de este país admitan la verdad". "Deploro que las acciones del 2 de noviembre de 1952 hayan causado tanta pena a la familia del policía Miles, muerto en el cumplimiento de su deber", añade. "No hay día que pase que no piense en Derek. Ahora su inocencia ha sido comprobada. Finalmente se ha cerrado el caso. Jamás volveré a hablar de esta historia", concluye.

Igualmente imposible va a ser verificar una declaración clave del policía Bob Jaggs, que capturó a Bentley y fue condecorado por su valor. Sus amigos dicen que antes de morir totalmente alcoholizado dijo que la bala que mató a Miles no salió del revólver de Craig, sino del arma de uno de los policías que se lanzaron a la captura de los ladronzuelos.

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