El PSOE advierte de que no permitirá que unos "antidemócratas masacren" a González

Los socialistas se disponen a convertirse en un muro de contención ante los ataques que va a recibir su exsecretario general Felipe González, aparejados al intento de "masacrar" la etapa "más brillante" de Gobierno de la historia contemporánea española, en referencia a los 14 años de gobierno socialista. Ésta es la principal conclusión de la primera reunión que celebró ayer la ejecutiva federal del PSOE después de conocerse la decisión del Tribunal Supremo de condenar al exministro José Barrionuevo y ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera por el secuestro de Segundo Marey.

No hubo fisuras en la reunión de ayer de la ejecutiva socialista. Nadie discrepó de que hay que "hacer frente" a los "antidemócratas" que, según el PSOE, sin haber aún sentencia del Supremo han decidido condenar a los exaltos cargos socialistas. Hubo unanimidad en la reunión, aunque el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, alertó sobre el peligro que corre el PSOE de quedar enganchado en el pasado cuando tiene por delante una serie de procesos electorales que deben concluir con la victoria de José Borrell en las elecciones generales.La cúpula socialista quiso ayer encontrar la síntesis entre las propuestas más radicales que se han barajado estos días y las más realistas, como forma de salir al paso de lo que consideran una embestida del PP, IU y nacionalistas a propósito del fallo condenatorio sobre el caso Marey. El PSOE no quiere dar por sentado que el Tribunal Supremo haya tomado una decisión y critica que haya habido "una filtración interesada". De lo que les espera tienen ya una idea bastante cabal, habida cuenta de las reacciones del resto de los partidos. Todos apuntan hacia Felipe González y hacia el PSOE en conjunto.

Los siete designados

La ejecutiva designó a siete de sus miembros para hacer frente a la situación que surja cuando la sentencia sea firme. Esos siete -Joaquín Almunia, José Borrell, Ciprià Ciscar, Alfredo Pérez Rubalcaba, José Bono y Manuel Chaves- conducirán la situación a la que previsiblemente tendrá que hacer frente el PSOE en breves fechas.La unidad, de momento, está garantizada, según se puso de manifiesto en el máximo órgano ejecutivo. Los mensajes que Almunia dirigió a la opinión pública coinciden básicamente con los que planteó ante sus compañeros de dirección. No se habló de decisiones concretas en espera de que el Supremo firme su sentencia, por lo que no se trató ninguna de las propuestas que en estos días han ido surgiendo, como la del presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que pidió a sus compañeros que adopten una actitud de "pasividad institucional" hasta las próximas elecciones. En la reunión de la ejecutiva se supo que el Gobierno pide al PSOE que sea "responsable", lo que fue recibido con indignación. "No admitimos e incluso nos molesta que algunos nos den consejos sobre cuáles deben ser las reglas de un Estado democrático", replicaron. Nadie más responsable que el PSOE, presumió Joaquín Almunia.

Sin entrar en cuestiones jurídicas, la ejecutiva del PSOE da por seguro que sus adversarios políticos "tienen en su diana" a González. "Algunos antidemócratas, que no han hecho nunca nada por este país ni por sus ciudadanos, pretenden masacrar la figura de Felipe González, así como el periodo más brillante de la historia de la España contemporánea. No lo vamos a permitir y nunca vamos a renegar de nuestros logros pasados".

La defensa de Felipe González y de su gestión gubernamental fue el principal argumento que utilizaron los miembros de la ejecutiva que tomaron ayer la palabra. Almunia dijo a sus compañeros que los militantes están esperando de la ejecutiva una respuesta cerrada y contundente en defensa de González y también quieren que se manifieste de la manera más expresiva posible la solidaridad de la organización con José Barrionuevo y Rafael Vera. El secretario de Organización, Ciprià Ciscar, abundó en la misma tesis y lo mismo hizo el portavoz del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba.

El candidato a la presidencia del Gobierno, José Borrell, defendió, como los demás intervinientes, a González. El complemento a esa reflexión lo aportaron José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, y Ramón Jáuregui, responsable federal de Política Autonómica, según asistentes a la reunión. Jáuregui pidió a sus compañeros que la defensa del ex presidente y de la política anterior de los socialistas vaya acompañada de la presentación a los ciudadanos de un proyecto de futuro.

Bono alertó sobre el peligro de quedar enganchados en el pasado, si bien no mostró duda alguna de que el partido al completo tiene que defender a González. Bono recordó que el PSOE tiene que afrontar de inmediato varios procesos electorales. Toda la acción de los socialistas, dijo, debe ir en la dirección de llevar a Borrell al Gobierno.

No renegar del pasado

Todas las intervenciones que escuchó Almunia de sus compañeros le sirvieron para hacer su propia síntesis. "La opinión pública espera del PSOE que presente un proyecto político renovado y de futuro pero ese futuro no lo vamos a construir renegando de nuestro pasado", insistió, tras defender a González como persona y por su trayectoria.Lo que tengan que decir los socialistas cuando la sentencia sobre el caso Marey sea firme lo decidirán, coordinados por los siete designados ayer, en una reunión del Consejo Político Territorial, órgano que reúne a los barones o secretarios regionales junto a la permanente de la ejecutiva. El documento que de ahí salga se debatirá en la ejecutiva federal.