La economía sumergida favorece la "parálisis del calzado"
Las posibilidades de contraer la "parálisis del calzado", nombre con el que se conoce popularmente a la enfermedad del sistema nervioso provocada por la inhalación de n-hexano durante el proceso de aparado de zapatos, aumentan si se trabaja en condiciones precarias. Es una de las conclusiones que se extraen de la respuesta del Gobierno a una pregunta realizada por el diputado de Nova Esquerra por Alicante, Manuel Alcaraz, en la que pedía información sobre las medidas que se prevé adoptar para la sustitución de colas industriales por productos que no resulten nocivos para la salud. En su respuesta, el Gobierno considera que lo que se conoce como economía sumergida, esto es, las actividades laborales que se desarrollan sin atenerse a los preceptos legales (contratos, altas en la seguridad social, etc.), aumenta el riesgo de contraer enfermedades como la "parálisis del calzado". Esta situación afecta especialmente a sectores como el calzado y a las comarcas del Vinalopó, donde existen talleres ilegales que no reúnen las medidas de seguridad exigidas por las directivas de la Generalitat al respecto o donde, como menciona el texto remitido a Alcaraz por el Gobierno, se dan casos de trabajadores y trabajadoras que realizan el pegado de zapatos en sus casas. Medidas preventivas La "parálisis del calzado" se introdujo en el proceso de fabricación de calzado cuando el uso de colas industriales sustituyó a las técnicas tradicionales de cosido y claveteado. La intoxicación sufrida por 11 trabajadoras de un taller de Villena que no cumplía los requisitos de ventilación exigidos volvió a poner de actualidad a finales del mes de abril esta dolencia que, pese a haber sido denunciada reiteradamente por los sindicatos, todavía no está clasificada como enfermedad laboral. La "parálisis del calzado" manifiesta sus primeros síntomas en la falta de motricidad de las extremidades, que puede llegar a derivar en parálisis total. El Gobierno considera que las medidas de prevención decretadas por la Generalitat, que tiene transferidas las competencias en materia de seguridad laboral, son suficientes para combatir el riesgo de intoxicación. Dichas medidas son los sistemas de extracción localizada y una ventilación general cuyo buen funcionamiento debe ser revisado periódicamente, además de una vigilancia específica del estado de salud de los trabajadores. La respuesta incluye también una referencia a la utilización, "cuando técnicamente sea posible" de productos sustitutivos que estén libres o presenten un menor porcentaje de n-hexano. En este sentido, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo "tiene previsto comenzar de inmediato" la elaboración de un borrador que permita aplicar en España la directiva europea sobre riesgos relacionados con los agentes químicos en el trabajo.
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