El líder de la sanidad privada busca mercado fuera de Andalucía Salud pública, gestión privada

EMPRESAS» José Manuel Pascual Pascual S. A.Todo comenzó hace 50 años con ocho camas dedicadas a la traumatología. El doctor José Manuel Pascual Pascual se instalaba cerca del que hoy es el buque insignia de la empresa, el Hospital de San Rafael, en Cádiz, cuando corría 1948. Medio siglo después su hijo, José Manuel Pascual Sánchez-Gijón, de 44 años, también traumatólogo, ha cambiado la bata blanca por la gerencia de la empresa, que cuenta con unas 1.300 camas de hospitalización y otras 100 de UVI y atenciones especiales en Andalucía. La firma, líder del sector sanitario privado en España en cuanto al número de camas, de profesionales y de facturación, tiene hoy hospitales en varias provincias andaluzas: San Rafael (Cádiz); Santa María de El Puerto en El Puerto de Santa María (Cádiz), Virgen de las Montañas en Villamartín (Cádiz), Santa Cruz en Jerez (Cádiz), Blanca Paloma en Huelva, Virgen del Camino en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), Hospital Doctor Pascual en Málaga y en la actualidad construye otro centro en Montilla (Córdoba) y la semana pasada anunció el proyecto de un nuevo hospital en Zafra (Badajoz). "Creemos que ya hemos crecido bastante en esta comunidad y eso tensiona desde el punto de vista económico", razona José Manuel Pascual, "no era razonable abordar otros proyectos en Andalucía sin dar un respiro, por lo que hemos optado por Extremadura". En la actualidad la firma gestiona anualmente en todos sus centros 42.000 ingresos, 200.000 consultas externas, 120.000 urgencias y unas 35.000 intervenciones. La atención al ciudadano se produce, salvo en el caso de Jerez, a través de conciertos con el SAS. En los centros de Sanlúcar y Villamartín la atención al ciudadano se efectúa igual que si se tratase de un centro público; en El Puerto se atienden las patologías que remite el SAS y en el resto de los hospitales andaluces del grupo, la atención, que no incluye las urgencias, se produce por el envío de pacientes desde los centros públicos de referencia de la zona. La empresa, desde su creación, creció pronto. En 10 años pasó de ocho a 100 camas hospitalarias. En 1968 ya contaba con 160 y con 440 en 1973, siempre a través de conciertos con las distintas instituciones que fueron teniendo competencias en la materia. Es entre 1973 y 1977 cuando la empresa afronta sus momentos más delicados desde el punto de vista de la calidad asistencial. Durante esos cinco años San Rafael se convirtió en el hospital sede de toda la provincia mientras que se derribaba la vetusta Residencia Zamacola y se construía el moderno Hospital Puerta del Mar. Sus habitaciones dieron cobijo al doble de pacientes y el hospital funcionó al borde del colapso. "Tuvimos nuestro desgaste, del que ya nos hemos recuperado, pero la empresa dio un servicio de primera magnitud a una provincia que entonces sólo contaba con otro hospital, aún sin reformar, en Jerez", recuerda Pascual. Es a partir de 1980, con el hijo gestionando ya la empresa, cuando comienza la expansión. Se reforma el hospital de Cádiz; seis años después se adquiere el centro de El Puerto de Santa María y al año siguiente se compra la clínica de Huelva. Eduardo Rejón era entonces consejero de Salud de la Junta. El reclamo público a la inversión privada lo hizo, después, el consejero José Antonio Griñán, en 1991, poco antes de ser nombrado ministro. En su libro blanco, la Junta se propuso alentar los proyectos que presentaran firmas de la sanidad privada. Entonces Griñán consideraba óptimo que el 25% de los servicios que presta la sanidad pública andaluza fueran gestionados por la empresa privada pero con criterio público. Pascual compra el hospital de Málaga. "Fue una respuesta a la llamada de la consejería", dice. Sus relaciones con la Junta y su participación en la gestión de la sanidad andaluza han situado secularmente a la empresa gaditana en el centro de las críticas. "Lo importante es devolverle la sanidad a los ciudadanos, que no es patrimonio de los trabajadores del sector público. También se es público si el servicio que se presta es público aunque la empresa sea privada" sentencia el empresario, quien añade: "Hoy ser progresista es mejorar el sistema para que sea más rentable y más barato; ser progresista es cambiar los sistemas de gestión en favor del paciente; ser progresista es cerrar un centro que no sea satisfactorio para abrir otro que mejore el servicio".