_
_
_
_

El pintor de estrellas

Los días para Antonio Esteban Lirola, no tienen 24 horas, sino que discurren a 24 fotogramas por segundo. La vida de este motrileño de 69 años, de pelo cano y sonrisa afable, ha estado siempre dividida entre el cine y la pintura o, como él mismo bromea, "ha corrido a caballo entre el caballete y el jamelgo de John Wayne". Durante treinta años fue el encargado de pintar los cartelones que anunciaban los estrenos en las dos salas de proyección de Motril. Ahora, su pasión por el séptimo arte y el amor platónico por Imperio Argentina le han llevado a exponer 42 carteles de películas protagonizadas por la actriz española. La carrera cinematográfica de El loco del pelo planco -apodo otorgado por algunos de sus amigos- comenzó en el Teatro Calderón de Motril a los trece años de edad. Y, como no podía ser de otra forma, empezó de la mano del pincel y del papel: falsificando entradas. "Yo estudiaba en la Escuela Nacional La Graduada, justo frente al teatro. Y cerca de ambos estaba la imprenta donde se hacían los tiques. Aprovechaba los recortes de cartulina que tiraban tras imprimirlas para, con mucho esmero, dibujar entradas de general, porque de butaca, que eran más caras, no me atrevía", evoca Lirola. De esta manera pudo ver varios cientos de películas, hasta que un día pasó lo inevitable: "Recuerdo que proyectaban El misterio de Mr. Bond, de Boris Karloff, y aquello no hacia presagiar nada bueno. Un amiguete de La Graduada se había chivado y me esperaban en la puerta. Me trincaron y me llevaron al despacho del empresario. Tuve que cantar hasta la marca de tinta china. " Aquel incidente supuso el inicio de una vida de cine. El propietario del Teatro Calderón se apiadó de Lirolilla y decidió que la mejor represalia para semejante rapaz era la condena a trabajos forzados en la sala de proyección. "Más que un castigo, aquello fue una bendición", rememora emocionado Antonio Esteban. Durante seis años no falló ni un día en su trabajo de ayudante del proyector y escribió el guión de su particular Cinema Paradiso, película con la que se siente enormemente identificado. "Incluso la plaza de Motril se parecía a la del pueblo italiano. Cada día había un estreno y en la primera lata de películas venía una indicación ministerial de las escenas que había que censurar", recuerda el motrileño, que guarda en su memoria miles de besos prohibidos que sólo él pudo ver en aquellos años. Entre comedias y westerns, Lirola hizo sus primeros pinitos con los bastidores. "Comencé con carteles pequeños, hasta que un día el empresario me dijo que quería un cartelón de cuatro por dos metros -explica-. Recuerdo perfectamente la película: El beso de la muerte, de Henry Hataway, y no debió de salirme muy mal cuando lo colgaron". Al primero siguieron más de 2.700, entre 1952 y 1980. Fue el momento de esplendor del cine en toda España. "Gary Cooper y John Wayne me salían que ni bordados, aunque mis favoritos eran Yul Brynner y Sara Montiel", comenta. Luego llegó la televisión en color y el vídeo, y los dos cines de la ciudad cerraron sus puertas. Las tres exposiciones que Lirola ha estrenado son el fruto del trabajo desarrollado desde entonces. La actual, que podrá volver a verse en septiembre en Motril, recoge cuarenta y dos carteles sobre la filmografía de Imperio Argentina, a la que Lirola considera su auténtica musa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_