_
_
_
_

La cucaña de la vida

RETRATOSEste hombre de aspecto sedentario ha recorrido los mares que soñó Julio Verne y las rutas que narró Salgari. Siendo delegado municipal de Triana, el asunto tiene su lógica histórica. "Triana es lo más marinero que hay en Sevilla". Adolfo Lama estuvo navegando durante más de un cuarto de siglo y por una semana ejerce de alcalde de Triana en su Velá, un barrio que no sólo ha dado toreros, cantaores y artesanos. A comienzos del siglo XVI, según el historiador Antonio Miguel Bernal, Triana daba más maestres de marinería que la propia Sevilla y sólo Palos la superaba en esta autopista salada que abrió las puertas del Nuevo Mundo. A Adolfo Lama lo hizo marinero su infancia, sus veraneos en Puerto Real. Estudió en la Escuela Náutica de Cádiz por la que antes había pasado José Manuel Caballero Bonald. El primer barco de su cuaderno de bitácora era de una naviera sevillana y se llamaba Pedro de Valdivia, igual que el personaje de la novela de Jardiel Poncela ¿Pero hubo alguna vez once mil vírgenes? Su primer destino fue la antigua Guinea española, donde viajó tres veces en un barco capitaneado por Zacarías Lecumberri, "un vasco muy sevillano". "Cuando entraba el gobernador en el Casino de Santa Isabel le tocaban la Marcha Real". Hizo las Américas muchas más veces que Colón; la primera tierra transoceánica que pisó fue la argentina. Alcanzó el grado de jefe de máquinas y navegó en barcos de polacos, de griegos, de chinos. El primer contrato internacional le salió con un buque de oficiales alemanes y tripulación hondureña. Las amazonas las descubrió en los fiordos. "En los puertos de Finlandia, Suecia y Noruega trabajaban mujeres con una fortaleza física tremenda. Alguna sueca a lo mejor había llegado ya a Torremolinos". Cruzó el canal de Panamá con un cargamento de plátanos y piñas. Aprendió usos y costumbres foráneas y enseñó a media docena de chinos a hacerse el nudo de la corbata. El viaje más largo lo hizo desde el canal de Panamá hasta Chinguantao, donde termina la legendaria muralla china. Harto de la dieta asiática, viajó en tren hasta Pekín y en el hotel se vengó con un plato de carne con tomate". Una avería del barco le tuvo retenido en los astilleros polacos de Stettin. Hizo muy buenas migas con los compatriotas de Joseph Conrad, aquel escritor que fue antes marinero y se adentró en el corazón africano de las tinieblas que Coppola exportó a la guerra de Vietnam. "Sevilla siempre ha vivido de espaldas al río", dice Adolfo Lama, padre de tres hijos que prefieren el Derecho a la zozobra marinera. "Yo estaba mucho más tranquilo en la mar que en tierra firme". En los océanos modeló su ideología. "El marinero es muy aventurero, pero es hombre de centro. Dialogante, porque si no negocias con los prácticos no metes el barco en el puerto". Se afilió a la UCD, presidió el CDS en Sevilla. Es delegado de Triana y responsable de Personal, dos áreas municipales que ocupó antes su íntimo amigo Alberto Jiménez-Becerril, que este año se pierde su primera Velá. El edil asesinado por ETA y su esposa, Ascensión García Ortiz, serán nombrados trianeros adoptivos. Lama recuerda los méritos trianeros de su compañero de corporación. "Alberto potenció las noches de flamenco de la Velá y desbloqueó el tema del mercado de Triana".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_