Promesas rotas

El PSOE tiró ayer de hemeroteca y rescató 15 grandes proyectos vendidos por el PP en los últimos diez años. Hasta el momento, esos planes duermen en algún cajón del Ayuntamiento y sólo han merecido titulares de prensa, según el PSOE. El edil socialista de Urbanismo, José María de la Riva, afirmó que el PP ha gastado 500 millones de pesetas en vender "motos nunca realizadas".Polideportivo en Arganzuela. Las vías de los trenes que en su día recibió la estación Imperial de Madrid iban a convertirse, en enero de 1993 y gracias a la batuta municipal, en un moderno polideportivo, más un aparcamiento y un auditorio, dentro de la última fase del Pasillo Verde. Así, se previó que la zona sur de Madrid contara con unas instalaciones de alto nivel. En el proyecto para el solar de 43.000 metros cuadrados cabían 6.000 personas.

Tranvías para Madrid. Tres líneas, 180.000 millones de pesetas y tarifas similares al metro o al autobús. Éstos eran los ingredientes que se mezclaban en la recuperación del tranvía para la capital que vendió el ayuntamiento de Madrid en agosto de 1993. En total, se iban a construir más de 76 kilómetros de raíles.

Ciudad de los Niños en la Casa de la Campo. El Ayuntamiento de Madrid emprendió en noviembre de 1991 la búsqueda de una empresa que quisiera invertir 10.000 millones de pesetas en la Ciudad de los Niños de la Casa de Campo. Las previsiones situaban en 7.000 los visitantes diarios.

Parque de ocio junto a Barajas. Los munícipes se sacaron en octubre de 1997 de la manga un parque de ocio en la zona de Barajas para intentar financiar la futura Ciudad Aeroportuaria, una inversión de 100.000 millones. Los adjudicatarios debían construir el parque y mantener la zona verde. Nadie se quedó con ello, según el PSOE.

Viviendas por doquier. Cifras de varios dígitos coparon los titulares de prensa en 1991 para anunciar nuevos barrios en Fuencarral, Latina y Hortaleza, entre otros. Han sido necesarios siete años, según los socialistas, para que arranquen las 60.000 nuevas viviendas.

Proyectos para los peatones. La calle de Serrano y el eje del paseo del Prado y del parque del Retiro iban a ser de uso exclusivo para los peatones, según se anunció entre 1991 y 1994. Túneles y subterráneos lo permitirían. Similar idea se pensó para el pulmón madrileño: un aparcamiento bajo tierra. Para Cuatro Caminos se pintó un túnel muy caro. Dos líneas de metro dificultaban las obras.

Intercambiador de Vallecas. Las ocho líneas que pasan bajo el paso elevado de Vallecas, en la M-30, continúan sin intercambiador, a pesar del anuncio realizado por el consistorio madrileño en agosto de 1991.

Operación Chamartín. Noviembre de 1995. Las obras de la operación Chamartín quedan detenidas hasta el año siguiente. El alcalde de Madrid lo para hasta que se apruebe el Plan General. El proyecto sigue pendiente de financiación definitiva.

Antenas parabólicas. Los madrileños seguirán viendo en sus fachadas las antenas parabólicas. El anuncio de una ordenanza para retirarlas no ha pasado de ser un mero aviso lanzado por el equipo de gobierno el pasado mes de febrero, según el PSOE. El proyecto para pintar una ciudad más presentable obligaría a colocar las parabólicas en los tejados.

Edificio para los servicios técnicos municipales. Ocho constructoras se lanzaron a mediados de 1995 a luchar por la adjudicación del concurso para levantar la sede de los servicios municipales, junto a la avenida de Ramón y Cajal. El inmueble de 80.000 metros cuadrados no pasó de los planos, denuncia el grupo socialista.

80 nuevas gasolineras. El PP pensó que en Madrid había pocos surtidores de gasolina. En 1993 sacó un plan especial para instalar 80 nuevas estaciones. Se iban a colocar en las nuevas vías o junto a los parques. Dice el PSOE que ningún nuevo surtidor de ese plan ha visto la luz.

Cierre de los apartamentos de Aravaca. El apartahotel El Mirador Real de Aravaca tenía las horas contadas. José María Alvarez del Manzano reaccionó ante las ilegalidades (falta de autorización de apertura y la clasificación turística del edificio) y anunció su clausura el pasado octubre. Ninguno de sus inquilinos ha tenido, de momento, que hacer las maletas