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TOUR 98

"¿Cómo voy a ganar con esa banda?"

El español García Acosta, sexto en la primera etapa en la triunfa una escapada

Carlos Arribas

Rodeado de ciclistas perros y viejos, Txente García Acosta, el mozo navarro, hacía figura de inocentón. Francisco Cabello, el granadino, de trabajador fatigado. Los dos habían entrado en la primera escapada de este Tour que llegó con ventaja. Uno, el del Banesto, terminó sexto; el del Kelme, octavo. Fue una fuga táctica que deparó una llegada táctica. Y una frase de Txente que lo resume: "¿Cómo voy a ganar con esa banda?". Ganó Jens Heppner, polizón del Telekom, y como llegaron con más de un minuto de ventaja, de Lorient salió un nuevo líder, el danés Bo Hamburger, que da un nuevo sentido a la filosofía Casino: el equipo que no ha parado de ganar etapas y pruebas pequeñas toda la temporada, llegó al Tour con el mismo espíritu y el cuarto día ha tocado el maillot amarillo por primera vez en su historia.Cada uno de los nueve tenía su pequeña historia. Hervé, el del Festina, y su táctica de buscar la honra deportiva. Su objetivo era puntuar en los puertecillos para coger el maillot de lunares: lo hizo. Hincapié, el gigante americano del US Postal, y su necesidad personal de revalorizarse en el Tour después de los años que hace que se espera su eclosión. No lo consiguió (más bien al contrario: era el más rápido de todos y se dejó robar la cartera). Xavier Jan, el jovencito de La Française des Jeux: repescado a última hora tenía hambre para demostrar su valía. Lo hizo: no fue nada inocente en el final, aunque acabó segundo. Chanteur y Hamburger, los dos del Casino: objetivo, maillot amarillo, trabajo de equipo con el francés de gregario para que el danés atrapara bonificaciones. O"Grady, el australiano del Gan: objetivo maillot amarillo mediante bonificaciones (fracaso, y eso que también es rápido). Heppner, que amparado en su santuario Telekom (cómo iba a dar relevos siendo del equipo del líder), se aprovechó al final para ganar la etapa. Y los dos españoles. Cabello (el último español que ha ganado una etapa en línea: Tour 94, escapado en Inglaterra), que se dio la gran paliza, entrando en todos los cortes hasta pillar el bueno. Y Txente, el joven que se rompió la clavícula el año pasado, y está en fase de demostración de valor y narices. Hizo el intento simbólico de dejar a sus compañeros a falta de tres kilómetros, pero su arranque sólo sirvió para desatar las hostilidades. Contra de Hervé. Recontra de Jan y Heppner sobre todos.

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Por detrás, también táctica. El Telekom de Ullrich no entró al trapo del desgaste tonto para mantener el liderato de Zabel. Los equipos de los sprinters dejaron el trabajo para la segunda parte y no les dio tiempo. El ONCE-Deutsche Bank también apareció tirando (Jalabert, 14 de julio, y eso). Olano, contento, por delante. Y también Jiménez, lo que no deja de ser una novedad. Hubo algún abanico, pero no caídas. Otra buena novedad. Ah, las virtudes de las fugas: todos se ganan el derecho a expresarse.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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