El Avenida se dividirá en dos salas de proyección de 700 butacas cada una

Dos en uno. El cine Avenida, uno de los veteranos de la Gran Vía, ha iniciado una reforma que permitirá redistribuir las 1.631 butacas de su pantalla única en dos salas distintas, una al mismo nivel de la calle y otra encima. Esta obra, cuyo presupuesto ronda los 350 millones de pesetas, sella el futuro cinematográfico de este edificio. "La fachada y el vestíbulo, que están protegidos, no se tocarán. Sólo los restauraremos", explica Antonio Muñoz, uno de los responsables de la sala .

"Cerrado por reforma", se anuncia en la taquilla de la sala de Gran Vía, 37. Desde principios de este mes, los obreros han tomado el relevo a los espectadores en el interior de una de las mayores salas de la ciudad. Y allí seguirán hasta diciembre, cuando los responsables del cine esperan inaugurar las nuevas salas."El cine estaba muy anticuado y era prácticamente imposible llenarlo", explica Antonio Muñoz. Las grandes salas han pasado de moda: el público prefiere espacios más pequeños y que ofrezcan diversos filmes. Los intentos de reforma del cine Avenida vienen de lejos. En 1994 la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento llegó a aprobar el cambio de uso del edificio, para que se convirtiera en un centro comercial de 4.000 metros cuadrados. Pero el visto bueno definitivo no llegó desde el gobierno municipal y todo quedó en papel mojado. Ahora, Urbanismo ha aprobado definitivamente la reconversión del Avenida en dos salas más pequeñas, de unas 700 butacas, que aumentarán la oferta de películas. El cine Avenida, un edificio parcialmente protegido, comenzó a construirse a finales de los años veinte. Se inauguró, en 1929, como teatro. En la década de los cuarenta cambió definitivamente el escenario por la pantalla.