_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Nostalgia de Barcelona

Emilio Menéndez del Valle

La Conferencia Euromediterránea, nacida en Barcelona en 1995 y con pretensiones de retirarse en el 2010 tras haber cumplido sus objetivos, está teniendo una infancia difícil. A pesar de las críticas concretas que se le pueden hacer, la conferencia es el intento más serio hasta la fecha de la política mediterránea comunitaria. A través de ella, la UE quiere organizar gradualmente una zona de libre comercio (que se completaría en el 2010) entre ella y los doce países mediterráneos no europeos. La cooperación económica y financiera prestada por el Norte al Sur y un diálogo político institucionalizado deben propulsar el crecimiento del área y facilitar la solución de los grandes contenciosos políticos. La última ratio de la estrategia euromediterránea es crear una red de intereses entre los propios Estados surmediterráneos y de ellos con los europeos de modo que la riqueza aumente, contribuyendo así -siempre que la misma sea socialmente repartida- a elevar el nivel de vida de la población, atenuar la ola migratoria y, en lo posible, reducir las expectativas y el protagonismo del integrismo islámico.A partir del final de la guerra del golfo Pérsico (Irak-Kuwait), que coincide con el de la guerra fría, Occidente (con mayor o menor liderazgo de la UE o de EEUU, según los casos) pone en marcha cinco grandes procesos:

1. El de paz en Oriente Próximo (Madrid, Oslo). Se han visto las orejas al lobo y se quiere retener del lado occidental a los árabes, circunstancialmente aliados, y en especial a Siria, clave para el proceso. 2. El de la reincorporación a Europa de los antiguos satélites de la ya ex Unión Soviética.

3. El de transformación de sistema (de comunismo a capitalismo) en la nueva Rusia, lo que sin llegar necesariamente a convertirla en aliado signifique al menos su desaparición como fuente de hostilidad. Una especie de neutralización del imperio ruso, una vez desaparecido el soviético.

4. El de la Conferencia Euromediterránea, vital para las relaciones con el Mediterráneo sur, aunque no acogido con el mismo entusiasmo por todos los socios comunitarios.

5. El de la ampliación de la OTAN al Este de Europa.

Con la excepción de este último, los demás proyectos son fundamentales para la estabilidad, la paz y el desarrollo de Europa, Oriente Próximo y Mediterráneo. Sin necesidad de establecer un orden de prioridades, el de Oriente Próximo y el que afecte a Rusia sin claves. Pero sólo uno de ellos, el de la Conferencia de Barcelona, depende de facto de otro, el de Oriente Próximo. La Segunda Conferencia Euromediterránea celebrada en Malta en abril de 1997 es vivo ejemplo de esta dependencia. En la forma y en el fondo. Échese un vistazo a la hemeroteca y se verá que durante los cinco días en que EL PAÍS informó sobre ella todos los titulares versaron sobre el conflicto palestino-israelí. Un titular contiguo decía: "Clinton duda si presionar a Netanyahu para que paralice la creación de un barrio judío en Jerusalén" (5 de abril de 1997). Por aquel entonces la prensa norteamericana escribía que el presidente estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para encarrilar el tambaleante proceso de paz y que su equipo trabajaba intensamente explorando lo que Clinton denominaba "pensamiento creativo". Quince meses después Netanyahu sigue construyendo barrios y asentamientos en tierras árabes y Clinton sigue pensando, ignoro si creativamente. En cualquier caso, el pensamiento (¿único?) no se traduce en acción y la única superpotencia no deja de hacer el ridículo.

La repercusión de fondo del conflicto de conflictos en la reunión maltesa fue evidenciada por el hecho insólito de que la conferencia se clausurara sin declaración final. El presidente de turno, el holandés Van Mierlo, manifestó que no había sido posible redactar el texto "por problemas políticos sobre la medida en que debía quedar reflejada la situación del proceso de paz en Oriente Próximo" (17 de abril de 1997). Al término de la reunión euromediterránea más reciente (4 de junio de 1998), el portavoz comunitario, el británico Robin Cook, declaraba que habían constatado "una profundización de la preocupación expresada en La Valeta a propósito de los obstáculos que bloquean el proceso de paz en Oriente Próximo". ¿Pasará el espíritu de Barcelona a integrarse en el reino de la nostalgia por culpa de Netanyahu?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_