Cuando el fútbol golea al ciclismo

Si hasta los ciclistas tienen por cabeza un balón de fútbol, ¿cómo se les puede exigir otra cosa a los espectadores? Comentario de Radio Tour a mitad de la aburrida etapa de ayer: "Los corredores franceses sólo tienen en la cabeza la victoria del equipo de fútbol de Francia". Comentario de Laurent Jalabert, el ciclista símbolo de lo francés (viste el maillot tricolor y es el número uno del mundo): "Va a ser muy difícil que la gente tenga más interés por el Tour que por lo que ha pasado en el Mundial". Eclipsados: en Irlanda, bajo el efecto de la bomba Festina, a la sombra del Mundial. Y encima gana Francia. Viva el Tour.Jalabert se lo pasó bien el domingo por la noche. En el comedor del Talbot Hotel de Wexford instalaron una pantalla gigante de televisión. El primer tiempo les pilló en el masaje ("me enteré de los goles de Zidane por los gritos de la gente"), pero el segundo, medio Tour en pleno lo disfrutó en el mismo sitio. Coincidían en el hotel el ONCE-Deutsche Bank, el Casino, La Française des Jeux, el Saeco y el TVM. Mayoría francesa, pero más gritos a favor de Brasil. "Los holandeses, italianos y españoles, para fastidiar, nos dieron el partido voceando Brasil todo el tiempo, pero hubo buen ambiente", cuenta Jalabert.

Siguiendo con los simbolismos franceses, muchos esperaban que Jalabert considerara un objetivo desembarcar hoy (14 de julio, la toma de La Bastilla) en Francia vistiendo el maillot amarillo, pero el corredor francés no dice ni que sí ni que no. "No es mi objetivo, pero... De todas formas , ya llevo la bandera puesta para la fiesta nacional".

-Pero se cumple el tercer aniversario de lo de Mende (famosa batalla, 14 de julio de 1995, en la que las tropas de la ONCE, lideradas por Jalabert, ponen al borde de la derrota a las del Banesto de Induráin, con victoria de etapa histórica para el francés).

-Sí, pero todos los años hay un aniversario. Además las circunstancias son distintas. Aquello fue en la tercera semana, en la 17ª etapa, y el Tour no ha hecho más que comenzar ahora.

Alguien podría entender también que la victoria de Francia en el Mundial supone una presión añadida hacia los corredores franceses, que se verían más obligados que nunca a ganar el Tour (no lo hace un francés desde el quinto de Hinault, 1985) para estar a la altura de los futboleros. "¿Presión? Qué va. Si la victoria del fútbol da algo es confianza", contesta Jalabert. El discurso de que los deportistas franceses tienen carácter ganador y eso. "Además, si no gana un francés, dudo que la gente lo dé importancia". Y otra vez eso de que el Mundial ha hecho olvidar las bicis. Poco después de las tres de la tarde, la televisión francesa interrumpió la carrera para dar en directo la llegada del campeón de mundo a los Campos Elíseos. Todo un síntoma.