Curiosidades bajo tierra
Moncloa es la estación más transitada y 2,9 millones de viajes (el 0,7%) se hicieron sin pagar
A los madrileños les satisface cada vez más lo de desplazarse bajo tierra. El informe de gestión del Metro de Madrid correspondiente a 1997 revela que durante el año pasado se registraron 422,7 millones de viajes en el suburbano, un 3,6% más de los contabilizados durante 1996 (407,9 millones). El dato resulta más relevante si se tiene en cuenta que 1997 fue un año de numerosas interrupciones en el servicio por culpa de las obras de ampliación: durante varios meses hubo tramos cerrados al tráfico en las líneas 2, 6, 10 y la antigua 8. Los usuarios puntúan el servicio con una nota media de 6,6.Pese a las interrupciones entre Nuevos Ministerios y Avenida de América (antigua línea 8), Tribunal y Alonso Martínez (línea 10), Oporto y Plaza Elíptica (línea 6) y Quevedo y Cuatro Caminos (línea 2), Metro de Madrid redondeó un año propicio para el optimismo. El informe anual revela que el número de usuarios se incrementó gracias a la progresiva "mayor movilidad de los ciudadanos", pero también debido a los avances del servicio: mejoras en las líneas y, sobre todo, progresos en la fórmula de los intercambiadores de transporte.
Precisamente por ello, la estación de Moncloa (líneas 3 y 6, más correspondencias con numerosas rutas de autobuses) se situó como la más visitada de todo el año, desbancando por primera vez en este puesto a Sol, la parada más clásica de toda la red metropolitana. Los torniquetes de entrada a Moncloa giraron 16,3 millones de veces a lo largo de 1997, lo que implica un incremento porcentual de ocho puntos respecto a las cifras de 1996.
Por el mismo motivo, la estación en la que el tránsito creció más en términos relativos fue la de Príncipe Pío, que conecta la M-30 subterránea (línea 6) con la red de Cercanías y con el ramal que conduce a Ópera. Por este flamante punto de la red transitaron 9,2 millones de viajeros, casi dos millones más (un 27,4% más) que un año antes. El caso contrario lo encarna Palos de la Frontera, en la línea 3: el cierre de la vieja Estación Sur de Autobuses, el verano pasado, conllevó una drástica reducción en su número de usuarios, que pasó de 5,2 millones a sólo 4,1 millones.
Como curiosidad, las estaciones menos utilizadas de las 124 que integran el multicolor plano del metro son Cartagena (línea 7), con 566.160 viajes en todo el año, y Ventilla (línea 9), con sólo 326.650.
La mencionada M-30 bajo tierra se confirmó durante 1997 como una de las alternativas más socorridas cuando de desplazarse por las entrañas de la ciudad se trata. Sus 27 estaciones en círculo (23,5 kilómetros de trayecto) aglutinaron más de 95 millones de viajes, lo que representa casi la cuarta parte -el 22,5%- del total del trasiego metropolitano. En contraste, la vieja línea 8 (de Fuencarral a Nuevos Ministerios, ahora integrada en la nueva línea 10) se desplomó durante 1997: saltó de 10,6 millones de viajes al año a sólo 9,2 millones.
Las estadísticas de la empresa son tan exhaustivas que permiten precisar, incluso, el día de más movimiento por toda la red. Esta consideración correspondió al viernes 19 de diciembre, durante el que se registró la cifra histórica de 1,8 millones de viajeros. Ese día coincidía con el inicio de las vacaciones navideñas en todos los centros de enseñanza, lo que propició una enorme oleada de viajes a los puntos de reunión habituales en estos casos, como la plaza Mayor.
En lo que se refiere al capítulo de seguridad ciudadana, los resultados obtenidos se antojan, como poco, alentadores. Los delitos consumados contra la propiedad (hurtos y robos) ascendieron a 221, una cifra inferior en el 61,5% a los 574 delitos de estas características contabilizados durante 1996.
Metro da por hecho que "prácticamente ha desaparecido" la venta ambulante en los pasillos de la red, una práctica que admiten en calificar de "histórica". La picaresca también se ha desplomado: los tres millones de billetes revisados durante todo el ejercicio sirvieron para comprobar que sólo el 0,7% de los usuarios había accedido a los convoyes sin pagar.
Viajes rápidos
Las encuestas realizadas entre los habituales de la red avalan también este cierto optimismo en el que se ha instalado la compañía. La valoración media del servicio se sitúa en el 6,6, una cifra que, sin ser aún espectacular, es la mejor del último quinquenio y supera en cuatro décimas la obtenida en 1993. El aspecto más valorado es el de la "rapidez del viaje", con un 7,38, seguido del "funcionamiento de los torniquetes" (7,12) y el "buen funcionamiento de los trenes" (7,01). En el otro plato de la balanza se sitúa el "espacio disponible dentro de los coches", una variante a la que los apretados viajeros valoran con un 6 raspado.Un aspecto del informe anual de gestión refleja una realidad menos entusiasta: la laboral. La plantilla de la compañía, que en la actualidad asciende a 5.356 personas, continúa en una línea de acentuado descenso que se prolonga desde hace más de diez años. En 1988, el índice comparativo de agentes por cada kilómetro de red ascendía a 57,1, mientras que esta misma cifra se quedó clavada el año pasado en el 44,6.
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