Francia aprueba la ley destinada a integrar a sus cinco millones de marginados sociales
El Parlamento francés ha dado un notable empujón al propósito de que el derecho de los ciudadanos a una vida digna sea algo más que un voluntarioso y genérico enunciado constitucional. La ley contra la marginación, aprobada el jueves por la tarde en la Asamblea Nacional, está lejos de garantizar la integración económica y social de los cinco millones de marginados existentes, pero tiende a materializar en derechos reales lo que hasta ahora quedaba encomendado a la intervención asistencial. "Es un paso importante, esta ley supone un giro decisivo en la historia de nuestra democracia", manifestó la presidenta de la asociación ATD Cuarto Mundo, Genevi-ève de Gaulle-Anthonioz, que lucha contra la marginación social.Tras la batalla por las 35 horas semanales y del programa de empleo juvenil, la ley contra la marginación social permite a la ministra de Empleo y Solidaridad, Martine Aubry, justificar el título completo de su cartera ministerial. "Luchar contra la exclusión no es sólo prueba de nuestra responsabilidad, sino simplemente, prueba de nuestro deber", recalcó la ministra, tras indicar que la existencia de la marginación social constituye una derrota colectiva. Personalmente comprometida en el proyecto que ella misma anunció hace un año, en vísperas de las elecciones que llevaron a los socialistas al poder, la ministra proclamó ante la Asamblea que "aceptar la marginación en una sociedad cada vez más rica es una derrota del pensamiento y de la política".
La votación definitiva de la ley se produjo el mismo día, 9 de julio, en el que hace 149 años Víctor Hugo invitó a la mayoría y a la minoría de la Cámara a unir sus esfuerzos para conseguir la abolición de la miseria. Aubry no consiguió el apoyo de la minoría conservadora aunque, por encima de los desacuerdos, el texto obtuvo un amplio consenso, superior al que registró la votación. El proyecto salió adelante con los votos de la izquierda (socialistas, comunistas, verdes y otros grupos menores) y la abstención de los liberales de la UDF (Unión para la Democracia Francia) y de la DL (Democracia Liberal, escindida de la UDF).
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