Tres de cada cuatro ciudadanos de Barcelona no van nunca al teatro, a conciertos o a ver exposiciones

La salud de la cultura en Barcelona ha sido objeto de una suerte de revisión médica. Un grupo de más de 200 profesionales de los diversos ámbitos de la cultura de la ciudad han estudiado durante el último año, bajo la coordinación del Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB), los problemas que hacen que el sector avance un poco a trancas y barrancas. El diagnóstico, presentado ayer en el Saló de Cent del Ayuntamiento, en un acto que presidió el alcalde, Joan Clos, refleja un panorama con claroscuros. El análisis, que se desarrollará a partir de septiembre, constata que las cifras del consumo cultural en Barcelona aumentan. En 1997, casi dos millones de espectadores pasaron por las salas de teatro de la ciudad, los museos recibieron cinco millones y medio de visitantes, y aumentó el número de butacas y pantallas de cine. Música "enlatada" y televisión No obstante, se ha comprobado que amplios sectores de la población son totalmente ajenos a la mayoría de la oferta cultural de la ciudad. El estudio La demanda y el consumo cultural de los ciudadanos de Barcelona, realizado por una de las comisiones de trabajo, refleja que sólo un 25% de los barceloneses mayores de 14 años participan en este consumo, exceptuando la asistencia a las salas de cine. Los autores del trabajo afirman que la participación en espectáculos en vivo ha perdido terreno en favor del consumo doméstico: música enlatada y televisión, sobre todo. Las conclusiones, leídas por el director gerente del ICUB, Ferran Mascarell, enfatizan en la necesidad de "garantizar el acceso inteligente al conocimiento y a la información" para posibilitar la "cohesión social" mediante la cultura. El sector público y el privado, museos, bibliotecas, cine y audiovisual, educación, cultura popular y tradicional, letras, música, artes escénicas y visuales: todo ha sido diseccionado por los comisionados, atentos sobre todo al análisis de los peligros y las ventajas de las nuevas tecnologías. "La coordinación entre instituciones y agentes culturales tiene que ser prioritaria en el futuro", aseguró anoche Ferran Mascarell. La fase de concreción del plan estratégico, que se desarrollará durante el último trimestre de este año, requerirá la colaboración de todas las partes implicadas, que trabajarán bajo el lema La cultura del pacto. Más allá de la voluntad manifiesta de trabajar conjuntamente, el ICUB, como representante del Ayuntamiento de Barcelona, quiere ejercer un papel de liderazgo en la gestión cultural, afirmó Mascarell. El director gerente del ICUB considera que Barcelona está desempeñando un papel de capital cultural en España y que no cuenta con el apoyo institucional del Gobierno. Mascarell reclamó para Barcelona una cuota de capitalidad que permita un aumento de las inversiones del Ministerio de Educación y Cultura. Según los datos del estudio Desarrollo cultural de las ciudades de Barcelona y Madrid, en 1997 el ministerio asumió un 80% de las inversiones públicas en cuestiones culturales de Madrid, y un 15% de las de Barcelona. El Ayuntamiento de Madrid pagó entre un 5% y un 10%, y el de Barcelona entre un 40% y un 45%. Ferran Mascarell.