Argentaria prevé levantar 13.000 viviendas de precio libre en la ampliación de la Castellana
Trece mil pisos para 50.000 vecinos, despachos para 30.000 oficinistas, nuevas infraestructuras viarias y mucha indefinición. Argentaria entregó ayer al consorcio público que controla la Operación Chamartín (donde participan el Ministerio de Fomento, la Comunidad y el Ayuntamiento) un abanico de posibilidades, entre las que deberá buscar el equilibrio que haga viable la ejecución de 56 infraestructuras sin convertir esa zona de Madrid en un segundo Manhattan cargado de rascacielos. De momento, se sabe que 50 de las 306 hectáreas se vestirán de verde y que el primer ladrillo llegará en el 2001.
El que será el mayor proyecto urbanístico de España fue promovido por Renfe (dueña del 62% de los terrenos), que adjudicó a Argentaria, en 1993, los derechos sobre los terrenos durante 75 años a cambio del 53% de los beneficios brutos de la operación. Con base en diseños de Ricardo Bofill, se iban a invertir 100.000 millones de pesetas en la remodelación de la estación, el cubrimiento de las vías y nuevas conexiones entre el este y el oeste de la ciudad. Pero el Ayuntamiento paralizó el proyecto porque le parecían excesivas 5.000 viviendas y un centro comercial de 180.000 metros cuadrados en las 62 hectáreas sobre las que se iba a actuar en principio.Tras cuatro años de discusiones, en el Nuevo Plan General de Ordenación Urbana se amplió el ámbito de la actuación a 306 hectáreas, se vinculó a la ampliación del paseo de la Castellana en dos kilómetros hasta la M-40, se multiplicó el coste y se estableció un porcentaje máximo de edificabilidad de 0,6 metros cuadrados por cada metro de suelo bruto: se pueden construir 1.836.000 metros cuadrados, de los que el 70% son para viviendas de precio libre: unos 13.000 pisos. Las administraciones públicas condicionaron, además, la resurrección de la Operación Chamartín a la creación (hace ahora un año) de un consorcio público para su control y seguimiento.
Respuesta rápida
Argentaria espera que en la próxima reunión del consorcio, el 20 de julio, se defina la edificabilidad, se elijan las infraestructuras que se realizarán y se pongan así las bases para dirimir la fundamental cuestión de la financiación. Los responsables de Argentaria consideran difícil que todas las obras públicas necesarias puedan financiarse con las plusvalías generadas en la operación, como se había pensado. Sin embargo, los políticos no quieren aportar ni un duro. El consejero regional de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, sostiene que "la operación se debe autofinanciar, no deben poner dinero las administraciones".Argentaria (que gestiona la operación a través de Duch, SA, empresa de la que posee el 72,5%), rechaza ofrecer un cálculo siquiera aproximado del monto total de las infraestructuras (que hace tres años se habían cifrado de modo provisional en 90.000 millones de pesetas). Como ejemplo de la variación que el presupuesto de las obras públicas es susceptible de sufrir, los responsables de Argentaria arguyen que el puente que prolongará hacia el oeste la avenida del Cardenal Herrera Oria puede costar 600 millones si se elige una estructura sencilla o 3.500 millones si se opta por levantar la más espectacular de ese tipo en la ciudad.
Entre las obras previstas destacan la remodelación del nudo norte de la M-30 y de Manoteras con la M-40; la renovación de la estación de Chamartín, de la que saldrá el tren veloz a Valladolid, que incluye el cubrimiento de las vías con un gran parque; la construcción de una estación de autobuses aneja, adonde llegarán probablemente los procedentes de la carretera de A Coruña (éste es el primer proyecto que se acometerá, incluso antes del 2001); una nueva estación de cercanías en Fuencarral; el traslado de las cocheras de la Empresa Municipal de Transportes (se está negociando su reubicación en uno de los nuevos barrios del norte que limitan con la zona de la operación, Las Tablas, con 12.272 viviendas, y Montecarmelo, con 8.547); la ejecución de cuatro ejes viarios transversales que comuniquen ambos lados de las vías y uno para peatones. También se habla de la prolongación de la línea 1 de metro hasta la zona de Fuencarral, que luego circunvalaría la ciudad hasta Atocha.
Cuando el consorcio apruebe las valoraciones de las infraestructuras propuestas por Argentaria y se definan las líneas maestras de la actuación, se elaborarán los planes concretos y se constituirán las juntas de compensación, que será probablemente la figura jurídica que elijan las administraciones para gestionar los suelos, de los cuales el 38% no pertenece a Renfe. La operación no terminará hasta el año 2020.
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