De "calacas" y otros referentes

La calaca es un modismo mexicano que designa el esqueleto completo y móvil de una persona. Con este objeto los mexicanos desean suerte a sus seres más queridos el Día de Muertos. Se trata de una fiesta tradicional de gran predicamento, que durante varios días convierte las calles en auténticos tenderetes y puestos de artesanía andantes con este símbolo. Como prueba de su carácter lúdico, la fiesta se prolonga hasta bien avanzada la noche con ayuda del tequila. Además, tiene un componente muy dulce: el de las calaveras de azúcar que se entregan con el nombre de la persona estimada. "Es la festividad de los muertos que llevaron los colonizadores españoles, pero los mexicanos la han desprovisto de dramatismo y han aportado rasgos de su cultura precolombina, convirtiéndola en una fiesta lúdica". Artur Heras no es antropólogo, pero en los últimos años ha viajado bastante a México, donde sus obras han protagonizado varias exposiciones. El contacto con las costumbres y tradiciones del país norteamericano subyace en algunas de sus últimas creaciones, como se puede comprobar en la exposición itinerante que desde el 4 hasta el 25 de julio se exhibe en la Sala Municipal de Requena (Valencia). Heras ha incorporado recientemente la imagen de una calavera a su registro artístico, como pone de manifiesto la modular Serie Calacas. Realizada este año y con una función icónica, las distintas variaciones de las calaveras, que a veces mutan su rostro en objetos o animales, se pueden adaptar a espacios diversos. El tema de la muerte está muy presente en las últimas obras del artista de 53 años. "Y no sólo por las calacas", puntualiza Heras. Concretamente el paso del tiempo es el hilo argumental de la exposición de Requena titulada Continuum. Esta muestra ya se ha visto en Alzira y próximamente viajará a Almansa y a Albacete dentro del proyecto denominado Girarte 98, consistente en organizar exposiciones itinerantes con obras importantes de artistas renombre. En el pasado, Manuel Boix, Antoni Miró, Jordi Teixidor o Joquim Michavila han sido los protagonistas de la iniciativa que pretende acercar a distintas poblaciones el arte más actual. Luis Feito, Amadeo Gabino y Castejón, además de Heras, son los escogidos este año por el proyecto Girarte 98. Heras ha sido el primero en inicar su periplo. Acompaña la exposición, un curioso catálogo, editado por el Ayuntamiento de Alzira, en el que se recogen reflexiones sobre la práctica artística del propio autor y de algunos amigos como Josep Monter y Josep Vidal. También se reproducen las obras expuestas, algunas de ellas inéditas, y fotografías del artista en el momento de acometer las obras, entre otras. "Todo sistema de trabajo comporta una presencia importante de aquello que el tiempo, la propia experiencia individual y colectiva, acumula como referentes de los discursos cerrados en los propios mitos. Renovar estos modelos intercambiándolos con otros diferentes, o menos recurrentes, presenta la dificultad, añadida a la intrínseca, de parecer forzada o esnob, cuando no directamente fallida", comenta Heras en el inicio del catálogo al tiempo que concluye que, a pesar de todo, "es preferible asumir estos riesgos antes que practicar la fórmula de reproducción de las aparentes señales de identidad". Heras establece una especie de diálogo con el filósofo Josep Monter con el arte como trasfondo, mientras que Josep Vidal sintetiza la discusión en un párrafo a pie de página. El texto está trufado de múltiples referentes culturales y artísticos. Las citas van desde Orson Welles a Walter Benjamin -un extracto de su Experiencia y pobreza concluye las reflexiones del catálogo-, pasando por Cesare Pavese, entre otros muchos. Representar el paso del tiempo a través de sus obras artísticas constituyen el objetivo de Artur Heras en la exposición que ahora se exhibe en Requena tras ser obtener una buena acogida de público en Alzira.