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Los socialistas franceses imponen un drástico recorte del gasto médico

El Gobierno socialista francés anunció ayer una fuerte reforma de la Seguridad Social destinada a recortar los gastos estatales, en particular, el desbordante consumo de medicinas a costa de las arcas públicas. Con este plan, las autoridades socialistas se proponen dar al traste con la reforma de la sanidad pública acometida por el antecesor de Lionel Jospin, el ex primer ministro neogaullista Alain Juppé, que el actual Gabinete califica de "rotundo fracaso". "Los gastos de la seguridad social no se desviarán" dijo la ministra de Trabajo y Solidaridad, Martine Aubry, al presentar su polémica iniciativa. La ministra añadió que el déficit del sector en 1998 se ajustará a las previsiones, es decir, que no superará los 4.900 millones de francos (114.240 millones de pesetas) en 1998. Para atajar los gastos públicos (que sólo en los cuatro primeros meses de este año superaron en un 8,9 % los cálculos gubernamentales) la ministra socialista ha diseñado un plan de ahorro de 3.000 millones de francos en 1998. El grueso de ese ahorro se hará a costa de la industria farmacéutica que deberá contribuir con entre 1.500 y 2.000 millones de francos, y de los radiólogos, que estarán obligados a aportar a las arcas estatales 500 millones de francos, al igual que los laboratorios de análisis biológicos. Teniendo en cuenta que Francia es el país europeo que más medicamentos consume y que una de cada treinta personas abusa de ellos, el Gobierno planea la reducción en un 10 % hasta finales de 1999 del consumo de antidepresivos y antibióticos. También se establece una revisión trienal de la lista de los medicamentos que costea la seguridad social en función de su "utilidad médica".

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