Pasatiempos de antaño
Jóvenes y mayores se divierten en Álcala de Henares con los juegos más veteranos
Victoriano Solano, un vecino de 68 años de Alcalá de Henares (163.000 habitantes), ha revivido durante este fin de semana sus años mozos. A pesar de haber abandonado Guadalajara hace más de 20 años, ha podido recordar juegos tradicionales como la peonza o los bolos leoneses gracias a la iniciativa de una empresa privada que ha recopilado 30 pasatiempos populares que habían caído en el olvido de los tiempos modernos.Victoriano, junto a sus amigos, pudo jugar de nuevo al diábolo y demostrar sus destrezas al resto del público que abarrotaba la alcalaína plaza de Cervantes. Las reglas del juego permitían que los espectadores pasaran por los cuatro circuitos previstos tantas veces como quisieran. "La verdad es que la idea de recuperar estos juegos es excelente. Podían ponerlos todos los fines de semana, porque sólo nos entretenemos viéndonos los unos a los otros. De ese modo podríamos pasar el rato con un par de partidas", comentaba con cierta lástima Victoriano. Los participantes podían elegir entre cuatro circuitos juegos bien distintos. En todos se mezclaban la pericia y la fuerza con la habilidad. Los osados concursantes dirimieron sus aptitudes entre la puntería necesaria para encajar los tejos metálicos en la boca de la rana o la agilidad que requiere el juego del avión. Este pasatiempo consiste en dibujar ocho casillas con tiza en el suelo e ir saltando con una piedra de zona en zona hasta completar todas las áreas.
Otro clásico era el aro. Un juego que parece fácil pero que, según los organizadores, requiere práctica y habilidad para mantener vertical el artilugio. La rueda hueca se mezclaba con la peonza y con la rana en la plaza alcalaína. "La respuesta que hemos tenido es muy positiva y muy ilusionante. Como experiencia piloto, hemos recibido un gran apoyo. Esperamos que la gente nos ayude para recuperar todos esos juegos que de otro modo podrían perderse si no se juegan", comentó el responsable de la idea, Miguel Primo de Rivera Oriol, bisnieto del dictador que gobernó España en los años veinte de este siglo.
Los jugadores, al recordar sus peripecias infantiles, rectificaban incluso las reglas del juego. "La gente mayor se acuerda de cómo jugaban de pequeños, y te dicen incluso que lo hacían de otro modo. Claro que eso depende de la región de donde provengan", comentaban Iván Fernández y Paola Daroca, dos de los cuatro monitores que controlaban el desarrollo de las diversiones.
Los participantes, además de exhibirse ante el público alcalaíno, se disputaban una gorra de la marca de licor patrocinadora del acto. Sólo se repartía entre los que conseguían mayor puntuación al final de todo el recorrido, que no solía durar más de quince minutos. Esta rapidez obligatoria permitía, según los organizadores, que participara más gente.
"Por la mañana acuden sobre todo los mayores, y por la tarde, cuando baja el calor, llegan los chavales jóvenes. Éstos son los que más se sorprenden con los juegos, que en su mayoría desconocen", explicó un monitor. Sin embargo, no todos los pasatiempos eran desconocidos, como el yo-yo o la peonza. Las diversiones antiguas visitarán este verano otros municipios, como Leganés o San Sebastián de los Reyes.
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