"Nunca he pensado en marcharme"

No encuentra Italia soluciones a sus males. Mundial tras Mundial, y van tres, se desploma en la tanda de penaltis. Ora es Donadoni y Serena (Italia 90), a deshora Roberto Baggio, Massaro y Baresi (Estados Unidos94) y el viernes Albertini y Di Biagio (Francia 98). ¿Y de quién es la culpa esta vez? Más que a los futbolistas y al equipo, la prensa apunta al seleccionador."La Italia maldiniana, mucho corazón y poco juego", resumen los diarios. "Fue un error confiar en Del Piero", se lamentan. Otros diarios elogian a Francia como el Corriere dello Sport que en un editorial dice: " No tiene mejor equipo que nosotros pero jugó a ganar durante una hora, acosó con tres atacantes, más Zidane, Thuram y Lizarazu que no cesaban de atacar. Francia hizo más méritos. "La maldición de los penaltis provocan un tercer llanto", concluyen otras informaciones. ¿Y Cesare Maldini qué dice al respecto? No se da por aludido. Primer asunto: su situación laboral. "Nunca he pensado en marcharme" responde, remitiéndose al contrato que tiene firmado hasta el 31 de diciembre. No se siente responsable de nada. No tiene la sensación de fracaso: "La que ha venido a Francia era una buena Italia, pero no una gran Italia".

Segunda historia: el caso Del Piero. ¿No se habrá equivocado alineando a Del Piero y prescindiendo de Robi Baggio? Replica: "Un jugador no cambia nunca la cara de un equipo". "El problema no es que Del Piero juegue bien o juegue mal, el problema es del equipo", matiza. "Hay algo que no le ha permitido a Del Piero dar lo mejor de sí mismo, pero hasta el 20 de mayo estaba considerado el mejor jugador del mundo junto a Ronaldo". Una lesión rompió el ritmo a la estrella del Juventus. Del Piero salió mal parado de la final de la Copa de Europa y llegó de mala manera a Francia.

Y tercera cuestión: la superioridad del rival. "Francia no nos venció en juego", reitera. "Únicamente nos creó dos ocasiones de gol. El equipo de los Trezeguet, Zidane, Henry, esa Francia de los peloteros, no tuvo opciones frente a nuestra portería". Y hay más: "No entiendo por qué se puede replantear la marca de Pessotto a Zidane cuando en la Liga italiana todos los equipos destinan un hombre en cada partido para controlar al francés".

Conclusión de Maldini: "El fútbol es sufrimiento. Es cierto que cuando falló Lizarazu vi el triunfo más cerca que nunca, pero nos faltó una punta de suerte". Y, para la reflexión, un mensaje que puede aplicarse también al fútbol español: "Hay que tener en cuenta también la aportación de los extranjeros a cada Liga a la hora de exigir resultados. El Inter, por ejemplo, ha ganado la Copa de la UEFA con sólo tres italianos en su alineación".

Cesarone, consecuentemente, pide resignación y no medidas drásticas. No parece de la misma opinión su hijo Paolo, a quien curiosamente nadie ha recriminado nada. Pero al parecer, Maldini hijo ha dejado dicho que no descarta renunciar a la selección, harto ya de perder Copas del Mundo desde el punto de penalti. Ha estado en las tres fatídicas tandas de las últimas ediciones. "Sería horrible que tomara esta decisión", replicó el padre. "Es lo peor que podría hacer, pues se trata de uno de los mejores jugadores del mundo".

A la espera de que la federación diga algo, Cesare Maldini ha decidido hacerse seguidor de Francia, "un equipo que me gusta porque su seleccionador, Aimé Jacquet, es muy buena persona".

Agotada la vía táctica con Sacchi y caducada la vuelta a la historia con Maldini, en Italia, mientras, reflexionan si no sería conveniente implantar en la selección el modelo intermedio con el que Marcelo Lippi ha triunfado en el Juventus. Lippi concluye su contrato con el equipo de Agnelli en junio de 1999 y su sueño, como ha reconocido, es entrenar algún día a la selección italiana. Su nombre a partir de ahora sonará con más fuerza.