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FRANCIA 98

Croacia humilla a Alemania y cambia el curso del Mundial

El equipo de Suker alcanza las semifinales en un partido pletórico

Àngels Piñol

Croacia cambió ayer el curso del Mundial. Hizo historia con mayúsculas. Expulsó de Francia a Alemania, actual reina de Europa y tres veces del Mundo. El talento ganó esta vez a la miseria futbolística germana del último mes. No le sirvió para llegar más allá. Alemania actuó toda la segunda parte con un hombre menos, pero Croacia, que debutaba como selección en una Copa del Mundo, dio todo un recital de juego. Jarni, Vlaovic y un portentoso Suker firmaron los tres goles que envían a Alemania a casa.El equipo de Blazevic humilló a su rival con espectaculares contraataques. Fueron tres goles pero pudieron ser más. El miércoles jugarán ante Francia la segunda semifinal. Una buena noticia para los anfitriones, deseosos de evitar el peligro alemán.

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Alemania había flirteado con el vértigo y ayer lo pagó muy caro. Sigue un esquema de lo más simple: centros al área que buscan desesperadamente un remate o un cabezazo de Klinsmann o de Bierhoff. Y vuelta a empezar. Siempre con el mismo ritmo, con las mismas pulsaciones, como una pesada máquina que funciona por inercia, casi por simpatía. Hasta con una idéntica y aburrida eficacia: a dos goles por partido. Esa táctica tan ramplona les había servido para empatar a Yugoslavia en el último instante o para enviar a México a casa en los últimos 15 minutos.

Ayer fue completamente insuficiente. Vogts defiende ese sistema y ayer no fue una excepción. Quizás es que no tiene más dónde elegir: carece de un sólido e imaginativo centro del campo y tiene que conformarse con los balones a la olla. Fue un calco de sus últimos partidos. Centros desde las bandas y a esperar. Tarnat probó también sin fortuna dos disparos desde fuera del área.

Y Croacia supo por qué los delanteros germanos habían marcado tres goles en este Mundial. Salen como flechas, con una fuerza endemoniada en busca del balón.

Bierhoff, que no se distinguió ayer precisamente por su limpieza, estuvo a punto de marcar en dos ocasiones aisladas. Una tras un clásico centro de Hamman y otra después de un remate que Ladic salvó después a pies de Klinsmann.

Nada más. Alemania ahí murió. Deseosa de vengar su eliminación en la última Eurocopa a manos de Alemania, Croacia se despojó de cualquier complejo y empezó a adueñarse del centro de campo. No podía ser de otra forma: se enfrentaban posiblemente la mejor y la peor línea media del Mundial.

De forma paulatina, casi escalonada, Boban empezó a dirigir a su equipo, escoltado por Stanic y Jarni. Suker y Vlaovic quedaban en la delantera. Muy activo, el ariete del Madrid corrió y peleó como en sus grandes días. El grupo de Blazevic empezó a demostrar que estaba en el partido. Fueron suyos los mejores regates, los mejores pases, el mejor fútbol.

No demasiados, pero suficientes para sonrojar a los tres veces campeones del mundo y vigentes campeones de Europa.

Croacia pagaba su indolencia ante puerta hasta que Suker determinó el curso de la historia. Corría el minuto 39 cuando recibió un balón en la medular, salió disparado y Wörns le derribó tras una entrada sumamente violenta. Roja directa. Alemania se quedaba con 10 y quedaba aún todo un mundo. Croacia empezaba a intuir el pasaporte a la semifinal. El mismo mensaje entendió la hinchada, que enloqueció con la expulsión.

Minutos después, ya en el descuento, llegó el gol. Stanic dio una asistencia a Jarni -Vlaovic la dejó pasar- y marcó de chut cruzado batiendo a Köpke. Sólo faltaba por definir un interrogante: saber si Alemania sería capaz de darle la vuelta al partido con un hombre menos. Casi lo consigue Bierhoff -su afición incluso cantó el gol- pero Jarni estaba allí para ayudar en una duda de su portero. Y Tarnat recurrió sin éxito al disparo desde fuera del área. Sólo espejismos. Alemania se volcó alocadamente hacia el área de Ladic y Croacia esperó. Bien plantada en el campo, con unos jugadores tremendamente motivados, se dedicó a administrar su ventaja con impresionantes contraataques.

Alemania se quedó en pañales. Asanovic, el ex jugador del Valladolid, Boban y Vlaovic tuvieron el gol. Köpke estuvo providencial. El empate se iba alejando del marcador. Vogts intentó modificar el curso del partido con la inclusión de dos delanteros más, Kirsten y Marschall, aunque sin fortuna.

La historia esta vez se escribía al revés. Vlaovic marcaba el segundo y Suker, en uno de las actuaciones más prodigiosas que se le recuerdan, remachaba el tercero. El delirio croata en Lyón.

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