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NECROLÓGICAS

Galina Brézneva, la hija consentida de Bréznev

Galina Brézneva, la hija consentida del ex líder de la URSS Leonid Bréznev, ha fallecido en Moscú a los 69 años de edad. Galina tuvo una vida llena de aventuras, amoríos y escándalos, provocados por su debilidad por los brillantes, los autos rápidos, el alcohol y los hombres.Empezó desde muy temprano a dar dolores de cabeza a su poderoso padre debido a su carácter temerario e incontrolable. Mala estudiante, a los 20 años huyó con un acróbata, Yevgueni Miláyev, con el que tuvo su única hija, Victoria. El amor por el acróbata acabó pronto, pero su pasión por el circo duró toda la vida. Gracias a su amistad con el jefe de la Dirección de los Circos de la URSS, Galina salía de incógnito al extranjero como una de las maquilladoras circenses. A los 35 años se casó en secreto con un muchachín de 18, el hoy famoso prestidigitador Ïgor Kío, y huyeron a Sochi. Bréznev ordenó a la policía que los encontrara: a los tres días fueron descubiertos a orillas del mar Negro y su matrimonio, anulado.

El más poderoso de sus maridos fue Yuri Churbánov (era casi diez años menor que Galina), un carcelero que gracias a su suegro hizo una carrera vertiginosa: llegó a ser primer viceministro del Interior, pero después de la muerte de Bréznev terminó en la cárcel. Galina se aburría con su marido policía y comenzó a abusar del vodka, hasta convertirse en una alcóholica. Aunque en varias ocasiones pasó tratamientos de desintoxicación en el hospital del Kremlin, no logró dejar su vicio y continuó bebiendo desmedidamente.

La última aventura amorosa en los tiempos cuando aún era poderosa lo tuvo con el actor gitano Borís Buriatse, que, como Churbánov, terminó tras las rejas por robo de diamantes. Por cierto, las joyas eran la debilidad más grande de Galina, sólo superada por su afición por los hombres, cosa que no ocultaba: Sólo me gusta hacer el amor. No cuento a los hombres. ¿Para qué? A ellos hay que usarlos. Y después echarlos. Ahora tengo a Królik. Me comprende. Bailamos tango a las cinco de la mañana, comentó Galina a los 65 años. Con Galina Brézneva, según el diario Komsomólsakaya Pravda, desaparece el símbolo de una época pasada -el llamado estancamiento soviético-, la única persona viva en el círculo de momias hablantes que habitaba el Kremlin. -

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