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El Bombita niega el crimen de Santa Cruz y dice que mendigaba en un semáforo

Jorge A. Rodríguez

Manuel Saborido Portales negó ayer ante el juez haber matado de una puñalada a la turista granadina Juana Carrión en el barrio de Santa Cruz (Sevilla) el domingo pasado. El Bombita aseguró que en el momento del crimen se encontraba pidiendo limosna en un semáforo situado en la otra punta de la ciudad. El juez no le creyó y lo mandó a la prisión de Sevilla II, la cárcel de la que Manuel Saborido salió el 18 de mayo con un permiso carcelario de cuatro días que él decidió alargar hasta la misma noche del apuñalamiento.

Manuel Saborido Portales, El Bombita, de 36 años y natural de Alcalá del Valle (Cádiz), pasó el día de ayer en los juzgados de Sevilla. Primero declaró ante el titular del Juzgado de Instrucción número 20 por el quebrantamiento de condena por el que estaba en busca y captura. El Bombita, de pequeña estatura y muy delgado, había estado hasta el pasado 18 de mayo en la prisión de Sevilla II, día en que salió para disfrutar del tercer permiso que se le concedía este año. La prisión le había denegado sistemáticamente todos los permisos desde que diera positivo por cocaína en un control de toxicomanía a su regreso de otra minivacación entre el 12 y el 15 de mayo de 1997. La prisión también había evaluado negativamente su falta de apoyo social en la calle, pese a que aseguraba que cuando salía tenía refugio en casa de un hermano suyo, en la barriada de Palmete. Él, sin embargo, había recurrido todas las negativas de la prisión a dejarlo salir, recursos que fueron sucesivamente estimados por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, con el informe favorable de fiscalía. El presunto autor del crimen había vuelto a prisión tras disfrutar de dos permisos más, entre el 3 y el 6 de marzo y entre el 27 y el 30 de abril pasados. El tercero comenzó a disfrutarlo el 18 de mayo último. El preso, definido "como carne de cañón de presidio" por fuentes policiales y judiciales, tenía que haber regresado al talego el día 21 de ese mismo mes. No lo hizo. Las autoridades penitenciarias informaron a las judiciales del quebrantamiento de condena. Poco después se dictó contra él una orden de busca y captura. El Bombita no dio señales de vida hasta las siete menos diez de la tarde del pasado domingo, cuando decidió con un colega motorizado asaltar para robarles los bolsos a cuatro turistas en la calle Jamernada del popular barrio de Santa Cruz de Sevilla. Manuel Saborido, detenido la misma noche del crimen cuando paseaba tranquilamente por el barrio de Bellavista, aseguró ayer ante el titular del Juzgado de Instrucción número 15, José Alexandre, que él no tuvo nada que ver con la muerte de una puñalada en el corazón de Juana Carrión Fernández, de 49 años y madre de dos hijos. Cocainómano El Bombita, cocainómano y con anticuerpos del sida, según fuentes judiciales, estuvo declarando media hora durante la que insistió en que no había tenido nada que ver con el crimen, ya que a esa hora, dijo, se encontraba pidiendo limosna en un semáforo en el otro extremo de la ciudad. También se negó a identificar a la persona que supuestamente conducía la moto con la que se alejó de la calle Jamerdana del turístico barrio de Santa Cruz. Sin embargo, el reconocimiento de las tres mujeres que acompañaban a la fallecida en el momento del apuñalamiento y de otros dos testigos presenciales pesó más que su declaración exculpatoria, por lo que el juez lo envió a prisión acusado del crimen. El detenido, vestido con camisa azul y pantalón negro, abandonó los juzgados a las 14.50 rumbo a la prisión de Sevilla II, donde ingresó a las 15.15. Saborido Portales ya conocía de sobra este recorrido, ya que cuenta con un amplio historial delictivo por robos, hurtos, uso ilegítimo de vehículos de motor y otros asuntos menores, durante cuya comisión no se conoce que hubiera usado la violencia. Su primer ingreso data de 1979, cuando El Bombita contaba con tan sólo 16 años. Desde esa fecha comenzó a engrosar su historial hasta sumar más de 40 delitos, todos cometidos en Sevilla. En los últimos siete años había acumulado diez causas diferentes. Durante los últimos 19 años había estado entrando y saliendo de prisión para cumplir distintas causas. Cuando quebrantó la condena le quedaban pocos meses para cumplir una pena acumulada de diez años, doce meses y 41 días, aunque todavía tenía por cumplir otra condena de cinco años en Sevilla II, donde trabajaba en uno de los talleres de la prisión conduciendo una fenwick, una máquina para transportar palés. Mientras, José Torres Hurtado, delegado del Gobierno en Andalucía, aseguró ayer que el dispositivo de vigilancia en el barrio de Santa Cruz en el momento del crimen estaba compuesta por 29 agentes del Cuerpo Nacional de Policía más un contingente de policías locales que no precisó, informa Efe.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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