Juicio masivo en Paris a los presuntos miembros de la red de ETA en Bretaña

Ocho presuntos activistas de ETA encarcelados en Francia y 12 ciudadanos bretones, actualmente en libertad provisional, comparecieron ayer ante el Tribunal Correccional de París en la primera jornada de un proceso en el que se juzgan acciones llevadas a cabo por los terroristas vascos en suelo francés.

En concreto, varios de los detenidos están acusados de haber intentado robar explosivos y de sustraer varios vehículos de ciudadanos franceses. Aunque el conjunto de los procesados, presuntos integrantes de la red bretona de ETA, tiene que hacer frente a la acusación de "asociación de malhechores vinculada a actividades terroristas", delito castigado con hasta 10 años de prisión, la mayoría están acusados también de posesión de armas, transporte de explosivos y falsa documentación.

El desmantelamiento de esta red bretona se inició en junio de 1994 con la localización de vanos vehículos robados. La policía descubrió posteriormente vanos pisos en Rennes y Loyat (Morbihan).

El presunto responsable de la red de ETA en el oeste de Francia, Fermín Sánchez Aguruza, fue detenido con otros siete de sus compañeros. Ayer, siguiendo el ritual establecido, los acusados abandonaron la sala del juicio cuando el presidente rehusó solicitar la presencia de un intérprete de euskera.

Posteriormente, sin embargo, Francisco Álvarez Lacunza, Mónica Martínez López e Ignacio Etxeberría Martín regresaron a la sala para que no faltara la alusión a las torturas. Reiteraron que si huyeron de España no fue para burlar la acción de la Justicia, sino por el "miedo a las torturas". También los bretones se aferraron a este argumento para autoexculparse por "haber ayudado a unos refugiados políticos amenazados de torturas en su país". Danielle Bouveret, la propietaria de la casa de Loyat, dijo desaprobar la violencia y señaló que "nada en los gestos o palabras" de los presuntos activistas "permitía pensar que habían venido a Francia a reconstituir una base de ETA"