La "catedral" no se inmuta por las quejas

Pato Clavet, Arantxa Sánchez Vicario, Conchita Martínez, Magüi Serna y Àlex Corretja fueron algunos de los jugadores que mostraron abiertamente sus discrepancias con la organización del torneo de Wimbledon a lo largo de la primera semana. De una u otra forma ellos se sintieron discriminados, y no fueron los únicos. La mayor parte de los jugadores se queja del trato que reciben en Wimbledon, pero la organización no se inmuta en absoluto por las quejas."No me parece lógico tener que jugar un partido sólo dos horas después de disputar tres mangas de otro [ganó a Cañas en cinco mangas]", se quejó Clavet el sábado, antes de que la lluvia le salvara de enfrentarse al sueco Thomas Johansson, que llevaba dos días sin jugar.

Arantxa tampoco entendió por qué habían programado la reanudación de su partido de segunda ronda contra la polaca Grzybowska a última hora del viernes, un día lluvioso y gris. "A las ocho de la tarde no es hora de comenzar a jugar. A mí me pusieron en la pista 4, muy pequeña y con mucho público paseándose por los laterales [Arantxa acaba de ganar en Roland Garros]. Hay que tener mucha paciencia y estar concentrado", agregó. Arantxa ganó su plaza para la tercera ronda en tres días.

Tampoco Conchita se marchó contenta. Al margen de su penosa derrota ante la británica Samantha Smith, la aragonesa alegó que no le habían permitido entrar en el club hasta las diez de la mañana y que no tuvo tiempo de preparar bien el partido. "Apenas pude entrenar el saque, la volea y los passings. Y eso afectó mucho mi juego", dijo.

A las quejas se sumó la joven Magüi Serna, finalista de la prueba júnior en 1996 y ahora ya en octavos de final del cuadro grande. "Me gusta mucho Wimbledon, pero no los ingleses", señaló. Sin embargo, el mejor análisis de lo que ocurre en la catedral lo hizo ayer Àlex Corretja desde Barcelona. "No entiendo que un torneo tan grande e importante trate a los jugadores de una forma tan poco amigable", comentó. "No vi espíritu de ayudar al jugador ni un trato caluroso. Te menosprecian". Àlex explica que es el único torneo del mundo que no desplaza coches al aeropuerto para recibir a los jugadores. "El primer día, cuando intenté marcharme del club pedí un coche y me dijeron que no tenía derecho a ello. Que cogiera el metro o hiciera autoestop".

Sin embargo, Àlex resume perfectamente lo que piensan los jugadores: "Para mí Wimbledon no es para las vacas. Es un gran torneo, pero te lo ponen muy difícil". Ayer fue día de descanso en Wimbledon. Hoy se reanudarán los partidos con la participación de los cinco españoles que aún quedan en el torneo: Mantilla-Grosjean, Clavet-Johansson, Arantxa-Plischke, Serna-Davenport y Ruano-S. Williams.