El Niño achica el canal de Panamá
Más de 1.500 barcos dejarán de cruzar América por esta vía, afectada por la peor sequia del siglo
No hay catástrofe natural de las ocurridas recientemente que no le haya echado al Niño las culpas. Pero nunca como este año el reproche ha tenido tanto fundamento, como las restricciones al tráfico marítimo por el canal de Panamá.Esta vía de navegación artificial, de más de 84 años de antigüedad, ha reducido el tránsito debido a la peor sequía del siglo en este país centroamericano. Los embalses que ayudan a regular las compuertas han reducido su volumen de agua almacenada. El calado del canal ha descendido y se han dado instrucciones a los miles de barcos que habían solicitado atravesar el canal para que pidieran la vez y cargaran menos para evitar esperas.
Mercedes Morris, portavoz de la Comisión del Canal de Panamá, entidad dependiente de los Estados Unidos de América, afirma que cuando detectaron la fuerza con la que se presentaba El Niño esta temporada, la comisión tomó medidas preventivas para mitigar su efectos en esta vía básica para el tráfico mundial de mercancías.
En diciembre del año pasado suspendieron la producción de energía hidroeléctrica en los embalses que aportan agua al canal. A mediados de febrero, la presa de Madden, cuya cota alcanza los 76,8 metros, se situaba a 66,1, y el lago Gatún, que tiene su nivel óptimo a 26,7 metros, se encontraba a 25. "No habrá más remedio que restringir el tráfico marítimo o el calado de los buques, si el nivel del agua continúa descendiendo", advertía un primer comunicado de la comisión el 12 de febrero pasado. "El fenómeno de El Niño (alteración oceánico-atmosférica en el Pacífico tropical) ha provocado la peor sequía de la historia de Panamá, con un descenso del 35% de las precipitaciones normales".
La primera restricción se aplicó el 18 de marzo. Los 12 metros de calado habitual se redujeron a 11,73, y el pasado 16 de mayo, a 10,3, provocando una lista de espera de 106 barcos. "Estimamos que el tráfico caería un 17%, aunque finalmente sólo ha repercutido un 10%", precisa Morris. "Utilizamos el agua dos veces. Cuando una esclusa se vacía se transfiere el agua a la de sentido contrario; eliminamos la asistencia hidráulica a los barcos, un sistema que les empuja a desalojar la esclusa sin utilizar el motor, y hacemos tránsitos colectivos para ahorrar agua".
Jorge Espinosa, meteorólogo de la comisión desde 1985, no recuerda otra sequía como la actual: "El impacto de El Niño en Centroamérica ha sido muy intenso, especialmente en México y la región occidental". La temporada de lluvias se registra en Panamá de abril a diciembre. "Este año ha comenzado a llover el 29 de mayo", afirma Espinosa. La sequía ha repercutido como una losa sobre el canal de Panamá, donde una combinación de esclusas permite a 13.500 barcos cruzar cada año el istmo que separa el Pacífico del Atlántico.
El pasado martes, un aviso anunciaba un reajuste al alza de los calados al elevarse diez centímetros el nivel del Gatún. Desde que se implantaron las restricciones, más de 754 barcos han renunciado al canal y se espera que cuando concluya el efecto de El Niño hayan sido más de 1.500 los afectados.
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