ESTEBAN MORRÁS DIRECTOR DE HIDROELÉCTRICA DE NAVARRA "Euskadi y Navarra pueden liderar el desarrollo eólico mundial"

A fines de 1998, Navarra tendrá nueve parques eólicos que producirán el 23% de la energía eléctrica consumida en la región. Lo que hace cuatro años era una mera anécdota se ha convertido en una realidad energética gracias a la apuesta pública por las energías renovables y al trabajo de la empresa Energía Hidroeléctrica de Navarra (EHN), creada en 1989. Su director, Esteban Morrás, explica las claves de esta energía limpia. Pregunta. ¿Cuál es el secreto del éxito de la implantación eólica en Navarra? Respuesta. Ha dependido de cuatro factores. El primero, la planificación. No se planteó hacer los parques eólicos en los lugares donde más viento había, sino en los que, ponderando la afección ambiental del parque y la producción energética, se entendía que eran los más adecuados. El segundo, la transparencia, la información a una sociedad con una alta sensibilidad ambiental demostrada en la política de gestión de residuos o determinados conflictos ecológicos, que serían el tercer factor, y en último lugar, la idea clara de que mejorábamos nuestra autonomía energética. P. ¿Qué balance medioambiental ha arrojado el funcionamiento de los parques ya existentes, entre ellos el mayor de toda Europa, en la Sierra de Guerinda? R. Tras cuatro años de plan eólico hay realidades, datos concretos. Impacto visual en una zona, el centro de Navarra, previamente humanizada y con infraestructuras ya preexistentes. Se ha humanizado más la zona humanizada. La ocupación de terreno ha sido absolutamente mínima y la construcción, exquisita. Para producir el 20% del consumo eléctrico total de Navarra se han ocupado 20 hectáreas de terreno. La destrucción de cubierta vegetal ha sido ridícula. Se han producido 20 impactos de aves en cuatro años. Respecto al ruido, no ha existido como problema. P. Los planes de desarrollo eólico en el País Vasco parecen estar encontrando más trabas. ¿A qué cree que se debe? R. De entrada, las situaciones de dependencia energética son las mismas allá y aquí y también la sensibilidad medioambiental, pero hay un hecho objetivo claro y es que los espacios naturales en el País Vasco están sometidos a mucha mayor presión poblacional que en Navarra, cinco veces más alta. El País Vasco tiene cuatro veces más población que Navarra para un territorio un 30% inferior. P. ¿Qué recomendación puede aportar EHN a las instituciones vascas implicadas para solventar esta situación? R. La solución al problema provendrá de un desarrollo eólico limitado y coherente con sus posibilidades. Probablemente tendrá que ser un desarrollo eólico con mucho menor número de parques que en otras comunidades con más espacios y menos población. Si en Navarra es lógico hacer diez o doce parques, en el País Vasco tendrán que hacer el número que sea razonable a sus variables población-territorio. P. En último término está la sustitución de energías mucho más contaminantes. R. Así es. Muchos de quienes se oponen a los parques dicen que no se cierran centrales térmicas porque se construyan parques eólicos. Yo soy muy contundente al contestar. Nadie va a consumir un kilovatio más porque se haya hecho un parque eólico. Y si no está el kilovatio eólico habrá uno de sustitución, térmico. El mejor ejemplo lo tienen en el País Vasco. La central térmica de Santurtzi, de 1.000 megavatios de potencia instalada, lleva varios años sin dar prácticamente un solo kilovatio, está parada y no quema fuel. ¿Por qué? Porque otras fuentes cubren esa demanda y los parques eólicos tienen derecho preferencial para entrar en la red en cuanto producen. P. La energía eólica ha generado también una activa industria. R. En Navarra esa energía es una realidad tangible, pero en el mundo aún está emergiendo. El país más desarrollado, Dinamarca, apenas cubre el 3% de su demanda eléctrica de esta manera. De forma que la competitividad industrial que tienen el País Vasco y Navarra para colocarse en el liderazgo mundial de ese desarrollo es magnífica. La empresa vasca ubicada en Navarra y creada para desarrollar estos planes, Gamesa Eólica, se va a colocar como tercer fabricante del mundo y habrá generado en 1999 más de 3.000 empleos inducidos, además de desarrollar tecnología punta en investigación energética.