_
_
_
_
Entrevista:

"La familia actual es más abierta, puede ser un caos o un estímulo"

Médico, psiquiatra, psicólogo, profesor de la Universidad de Barcelona, jefe de la unidad de psicoterapia del hospital de Sant Pau, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar y malagueño. A sus 51 años, Juan Luis Linares ha acumulado un amplio curriculo. Estos días participa en Málaga en las IV Jornadas de Terapia Familiar organizadas por la Escuela de Terapia Familiar de Barcelona, de la que es director. P. ¿Qué familia es más saludable, la de antes o la de ahora? R. La familia evoluciona. La moderna que vivimos en nuestra infancia no era igual que la patriarcal, ni es lo mismo que la postmoderna. Ahora hay una reconstrucción permanente, no hay perdurabilidad de vínculos conyugales, sino una tendencia a una constante reorganización en base a la integración de diversas parejas y de los hijos. No hay ningún modelo intrínsecamente malo o perverso, cada uno tiene problemas y recursos específicos. P. Se dice que la familia tradicional está en crisis... R. Se está adaptando siempre, está en perpetua transformación. La familia actual puede propender a ciertas disgregaciones, al caos y a la disolución de vínculos afectivos. Son aspectos negativos. Pero también tiene recursos que no tenían las otras; el hecho de ser más abiertas se puede convertir en caos o en estímulo. Se pierden vínculos, pero se ganan otros. Lo que predominaba antes era la estabilidad, la rigidez, que no siempre son valores positivos. Cada una tiene su cuota de sufrimiento y disfuncionalidad. P. ¿Esa constante adaptación desgasta al individuo? R. El ser humano es muy adaptativo; el ecosistema es sabio y facilita que se adapte armoniosamente. La vida desgasta al individuo. Esta familia tiene una forma de desgastar, pero no creas que una familia patriarcal rígida no desgasta. P. ¿La gente es consciente de la importancia de la salud familiar? R. La gente sigue pensando en términos individuales y pide ayuda individual, pero cuando se le reformula esa demanda de individual a familiar, lo acepta porque los problemas, aunque lo sufra el individuo, se comparten en familia. P. ¿La familia puede ser causa y solución? R. De alguna forma sí, pero no buscamos culpabilizar a la familia. Con eso no se ayuda más. P. ¿Le damos la importancia que tiene a la familia? R. A veces se la negamos por razones ideológicas. Hay un momento en que es necesario despegarse de la familia de origen y se tiende a ser antifamiliarista durante un tiempo. Cuando se crea la familia propia se vuelve a ser familiarista, entonces los hijos repiten el ciclo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_