El caracol es cosa de hombres

, Comer moluscos gasterópodos en Almería es una cosa muy seria. La Peña Gastronómica Masculina El Caracol surgió, dicen sus fundadores, "como todas las grandes cosas, fruto de la casualidad". Sólo hombres. Sólo hombres de buen comer y, sobre todo, sólo amantes de conceptos como la amistad, el compañerismo y el pasar un buen rato. Esos son algunos de los requisitos que se consideran indispensables para ingresar como socio en una peña que apenas lleva dos meses venerando la sabrosa exquisitez que promete un bichito pequeñajo, arrastraillo y baboso. Un molusco que no puede quitarse la casa de encima y que, para más inri, arrastra siempre unos cuernos que, salvadas las diversas interpretaciones, uno vez digeridos, saben como el mejor de los manjares. Pero, además, los aspirantes deben saber que han de pagar la primera comida. Podrían haber elegido cualquier tipo de producto comestible, pero se han decidido por el caracol. Y lo explican: "Es una cuestión de supervivencia Hay hasta 35.000 especies distintas de gasterópodos. Y nos decidimos por el caracol porque el tajo de trabajo se nos acababa si hubiéramos escogido el calamar". José Alonso Cózar, amén de concejal popular de Ayuntamiento de Almería, es el presidente de la peña. Es uno de los principales defensores del peculiar carácter medioambiental que define a esta asociación gastronómica: "La chapa es una especie endémica de Almería que está en extinción. Su nicho ecológico está invadido por el caracol y nosotros pretendemos realizar una labor medioambiental eliminando al caracol vía digestiva". A esta peña ya le ha surgido una réplica en forma de agrupación femenina. No se sabe aún cuándo ni de qué modo las mujeres se agruparán alrededor del puchero para dar rienda suelta a la sana tentación de la gula. Pero eso a ellos les trae al fresco: "¿Admite una peña del Madrid a socios del Barcelona? ¿Admiten las suegras a los yernos?", preguntan para argumentar su condición de peña masculina y exclusiva en cuanto al sexo de los miembros se refiere. Lo que sí lamentan los integrantes de la peña es la escasa frecuencia con la que se prodigan las tapas de caracoles en los bares almerienses. Pero reconocen que tiene su explicación: "Es una tapa muy buscada por los almerienses, pero también es una tapa muy laboriosa de cocinar". No obstante, para ellos el caracol es lo más importante. Especialmente cuando ha sido degustado y digerido. Eso les ha llevado incluso a introducirse en la complicada red de Internet, siempre rastreando la senda gastronómica del apreciado gasterópodo. Ya han localizado algunas recetas sugerentes vía Internet, como la de la salsa picante del Chipi-Chipi. El principal objetivo de la peña es, para José Alonso, Rosendo Ruiz, Sebastián Martín e Ignacio Flores, fundadores de la agrupación, poder compartir unos momentos de asueto. "La gente se toma en serio todas las tonterías. Tienen mucha prisa por ir a ningún sitio", asegura Ignacio Flores. José Alonso Cózar redondea la filosofía del equipo: "Pretendemos dar un sentido a todos esos puntos suspensivos que siempre quedan en la vida". Comerse con humor a un gasterópodo siempre puede ser una buena opción ante los momentos adversos. Aunque, eso sí, hay que comerlo con rapidez, sin dar tiempo a que el compañero cuente un chiste gracioso y mientras uno se ríe, los caracoles desaparezcan del plato.