JUAN BAUTISTA BERASATEGI DIRECTOR DE CINE DE ANIMACIÓN "Se puede sobrevivir dignamente trabajando en la animación"

Dos años de trabajo, un centenar de personas en el equipo, 150 millones de presupuesto y la voluntad de hierro de su director, Juan Bautista Berasategi (Pasai Donibane, 1951), son las cartas de presentación de Ahmed, príncipe de la Alhambra, un largometraje de animación proyectado el viernes en Vitoria. El dibujante y productor guipuzcoano ha gestado este proyecto, íntegramente realizado en el País Vasco, y que representa un hito en el mundo de la animación en Euskadi, ya que la versión en castellano será distribuida por Columbia en toda España. Pregunta. ¿Cómo surge el proyecto de este largometraje? Respuesta. En principio hay que decir que se trata de una adaptación de los Cuentos de la Alhambra, de Washington Irving, lo que pretende alejarse un poco de mis proyectos anteriores, mucho más enraizados en Euskadi. De esta manera, pretendí buscar mercados más amplios a través de una obra más conocida en todo el Estado. P. ¿Cómo se elabora una producción de estas características en el País Vasco? R. Yo tengo un taller y hago la doble función de director y productor. He echado mano de todos los animadores que en ese momento podían y querían participar en la iniciativa. Entre las cien personas del equipo había animadores, técnicos de ordenador, producción y sonido. Los dibujantes han sido unos quince especialistas. P. En un momento de éxito de los productos Disney, ¿qué espacio puede tener una cinta como ésta? R. El reto es sobre todo económico. Los presupuestos que se manejan aquí en las películas de dibujos equivalen a tres minutos de cualquier cinta de Disney. No obstante, la calidad de la película no es menor en tal proporción y, el hecho de que una multinacional como la Columbia se haya atrevido a distribuir la cinta por todo el Estado español con 50 copias, la avala. P. ¿Qué lleva a un dibujante a introducirse en el mundo de la animación cinematográfica? R. Primero hay que estar un poco zumbado. Yo empecé sin ningún antecedente en este país que pudiera darme referencia de cómo hacer esto. Venía del mundo de la ilustración y decidí irme a París y Londres. Luego volví, convencí de que se podía hacer aquí también, que esto no era sólo cosa de Estados Unidos y Centroeuropa, y empecé con un corto. P. ¿Cómo cree usted que está Euskadi en el ámbito de la animación? R. Los últimos goyas han ido a producciones realizadas aquí y de aquí son muchas de las cosas que vemos en la televisión. Yo creo que se puede vivir de esto e incluso animaría a los jóvenes a introducirse en este campo. Todos los animadores que tengan una calidad media y una capacidad de producción media pueden sobrevivir dignamente en el campo de la animación.